viernes, 13 de septiembre de 2013

MOREMI


MOREMI


Un noble de Ile-Ife tenía una esposa hermosa y virtuosa llamada Moremi, y un hermoso hijo muy joven, su nombre Ela.

El país de Ife estaba en aquel tiempo sujeto a incursiones feroces por una tribu llamada los Igbos, quienes tenían un aspecto tan misterioso en las batallas que la gente de Ife llego a pensar que no eran humanos, que eran una visita enviada por los dioses como castigo por algún mal.

En vano hacían ellos ofrendas y sacrificios a los dioses; las incursiones de estos seres extraños seguía y eran cada vez mas feroces, y por la tierra de Ifa fue lanzado libremente el pánico.

Ahora bien la heroica Moremi, deseando poner fin a esta condición, resolvió dejarse ser capturada durante una de las incursiones, de modo que ella pudiera ser llevada como una prisionera a la tierra de los Igbos y así aprender todos sus secretos.

Ella le dijo adiós a su marido y su pequeño hijo, fue a una corriente del rio cercano y prometió al dios de la corriente que, si su tentativa era acertada, ella le ofrecería el sacrificio más rico que ella podría permitirse.

Como ella había planeado, ella fue capturada por los Igbos y llevada a su capital como una prisionera. Debido a su belleza se la dieron al Rey de los Igbos como una esclava; y debido a su inteligencia y noble corazón ella pronto se ganó el respeto de todos y se elevó a una posición de importancia.

Antes de salir de ese país ella por mucho tiempo aprendió todos los secretos de sus enemigos. Y ella se dio cuenta que ellos no eran dioses, que eran hombres ordinarios. Que cuando ellos entraban en la batalla ellos envolvían en unas extrañas capas de hierba y fibra de bambú, y esto era considerado por su aspecto poco natural. Ella también aprendió que debido a estas capas de hierba seca, ellos le temían miedo al fuego, y que si la gente de Ife llegaba a precipitarse sobre ellos con antorchas encendidas, ellos rápidamente serían derrotados.

En cuanto le fue posible, ella se escapó del palacio y del territorio de los Igbos y volvió a su propia gente. Sus noticias fueron alegremente recibidas en Ile-Ife, y poco tiempo después los Igbos fueron completamente derrotados por el plan que la heroína Moremi había sugerido.

Moremi ahora fue a la corriente e hizo un gran sacrificio de oveja, aves, y bueyes; pero el dios de la corriente no estuvo satisfecho y exigió la vida de su hijo.

Afligida, Moremi fue forzada a consentir, y sacrificó al hermoso muchacho Ela. El pueblo de Ife lloró al ver este espectáculo tan triste, y todo el pueblo de Ife prometió ser sus hijos e hijas para siempre, para compensar su pérdida.

¡Pero Ela! Estaba sobre la tierra, estaba sólo medio muerto, y cuando la gente se marcho, él recuperó el conocimiento y apareció. Hizo una cuerda de hierbas, y subió al cielo, y se mantiene seguro allá esperando el día que puede volver para recoger las ventajas del sacrificio de su noble madre.

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