viernes, 13 de septiembre de 2013

6to. Capítulo - UMBANDA AMERICA FUE COLONIZADA A SANGRE Y ESPADA

6to. Capítulo - UMBANDA

AMERICA FUE COLONIZADA
A SANGRE Y ESPADA

Esclavizada en un doble sentido.

Los indígenas americanos sufrieron las encomiendas y los esclavos fueron importados desde África.

Un paseo por un tema en el cual los barcos, los navegantes y la navegación tuvieron mucho que ver.

Y llegaron hasta el Rio de la Plata. José Rothman

El amanecer silencioso se vio roto por aullidos y una horda que se volcó sobre los miembros de la tribu que aún estaban en su descanso.

Rápidamente fueron hechos prisioneros.

Agrupada, bajo rigurosa y dura vigilancia, toda la población del caserío capturada fue obligada a caminar días y días hacia la costa.
Sus captores no eran blancos.

Eran gente del África.

Una tribu por decenas de años tradicional enemiga.

No les habían matado como siempre ocurría.

Esta vez era diferente.

Cuando llegaron a la costa hombres blancos inspeccionaron a los cautivos.

Hombres y mujeres fueron encerrados en una casa de material.

Ciento cincuenta eran los que habían sobrevivido a la larga caminata, a la falta de comida y a los azotes que sus enemigos les propinaban por cualquier motivo.

En los altos de la casa adonde fueron encerrados se escuchaban las voces de los hombres blancos.

Sus momentos de comida y reuniones.

Hoy la isla de Gore, situada a minutos por mar de Dakar muestra lo que era una casa de esclavos.

Y como tal ha sido declarada Patrimonio de la UNESCO.

Desde casas como ésta, que poseían salida directa a un embarcadero, se deporta ron encadenados, a lo largo de más de tres siglos (de 1546 a 1848), unos veinte millones de personas, de las cuales se estima que, a causa de los malos tratos, seis millones murieron durante las travesías.

La esclavitud de los pueblos de África se manejó con una estructura de empresa

Los esclavos eran hechos tales por otros pueblos que así se resarcían de lejanas disputas y odios.

Los africanos que apresaban a otros africanos los entregaban a los barcos negreros en lugares destinados al efecto.

Los navegantes portugueses manejaban el tráfico en occidente.

Los árabes manejaban el tráfico de esclavos en oriente.

El resto de las potencias políticas eran los compradores del “producto”.

Durante el sigo XV el tráfico de esclavos en África, comenzó a caer bajo el control de los europeos.

El resultado para África fue terrible: se abandonó la agricultura, se formaron verdaderas alianzas entre los Reyes del litoral occidental y se llevó cabo el traslado en masa de prisioneros, procedentes de todas las regiones, que eran entregados para su venta en los almacenes costeros y luego cargados en los barcos con diferentes destinos.

Cada etnia africana, como cualquier animal, tenía su precio, en función de su vigor.

La más cotizada fue la etnia Yoruba.

Este drenar humano fue un freno al progreso y avance de regiones muy amplias en el África pues se despobló de hombres y mujeres en edad productiva y al faltar la fuerza de trabajo, sobrevino la ruptura de los valores comunitarios y productivos

Penurias y sufrimientos

Mucho se ha dicho de la situación de tremendo sufrimiento y penurias que los esclavos tenían a bordo de los barcos cuando eran transportados desde las costas de África hasta la América (del Norte, Central o Brasil).

Sin embargo no podían siquiera pensar en rebelarse o tomar la nave que los transportaba.

Pues era su irremediable muerte.

Ellos, por no tener conocimientos de navegación, no podrían navegar la nave ni confiar en un marino que podría llevarlos a cualquier costa adonde serian muertos inmediatamente.

Rebelarse, en todo caso, no garantizaba una muerte salvadora de penurias.

Se relata que “Un esclavo que en semejantes condiciones tuviera el estado físico para hacerlo era una mercancía valiosa: en lugar de matarlo, sus captores lo molían a latigazos y "curaban" las heridas con una mezcla de salmuera, pimienta, jugo de limón y pólvora que evitaba posibles gangrenas, pero lo hacían sufrir espantosamente”.

El padre Alonso de Sandoval relata como testigo que los afros "van de seis en seis encadenados por argollas en los cuellos, asquerosos y maltratados y luego, unidos de dos en dos con argollas en los pies.

Van debajo de la cubierta, con lo que nunca ven el Sol o la Luna.

No se puede estar allí una hora sin grave riesgo de enfermedad.

Comen de 24 en 24 horas una escudilla de maíz o mijo crudo y un pequeño jarro de agua.

Reciben mucho palo, mucho azote y malas palabras de la única persona que se atreve a bajar a la bodega, el capataz".

Los costos de la operación resultaban elevados (licencias, registros,
mercancía de trueque).

A ello se suma la obligación de armar el barco debido a la piratería que azotaba para revender ilegalmente esclavos tomados como presa.

El rinde de la esclavitud

La travesía duraba 50 días desde Angola a Cartagena de Indias y 40 desde Guinea.

Debido al elevado número de muertes se autorizó al principio un recargo del 20 por ciento sobre el número de cabezas autorizadas por la licencia, en concepto de demasía para pasar más tarde al 40 por ciento.

Esto inclusive no bastaba y los esclavos que pagaban impuesto como mercadería eran manejados “en negro” y los barcos antes de arribar a su destino desembarcaban parte de su carga en playas alejadas del puerto evadiendo así impuestos y gabelas.

Un detalle que podemos encontrar es que la iglesia de San Francisco en San Salvador de Bahía muestra tallas en madera y oro de con figuras de afros en estado de gravidez ya que las mujeres jóvenes eran embarazadas pues al arribar si estaban preñadas tenían más valor.

La reproducción reiterada era recompensada con la libertad.

En el nordeste Brasileño el señor entregaba unas piezas de plata a cada esclava por cada hijo que le daban.

Al reunir 20 piezas de plata la esclava quedaba libre devolviendo al señor las piezas recibidas.

Se consideraba que había ganado su libertad.

Muchos terratenientes tenían incluso afros destinados a actuar como sementales para producir los embarazos.

En muchos casos los amos daban a los esclavos la tarea de vender productos en la ciudad y normalmente los esclavos robaban a sus amos obteniendo dineros con los que lograda una suma significativa huían hacia mejores horizontes.

Escándalos en América

Los esclavos reemplazaron a los indios en América.

La razón fue que los indios tenían mínimo aguante y se morían en las minas.
Tanta mortandad llegó a preocupar a los Reyes Católicos, quienes por ello enviaron a varios sacerdotes para que verificaran si los rumores que corrían acerca de las atrocidades de los españoles eran ciertos.

Uno de ellos, Fray Bartolomé de las Casas, quedó escandalizado por lo que vio en su primera permanencia americana (entre 1502 y 1516).

En 1517 presentó al gobierno del rey Carlos I sus Memoriales, en los que daba su opinión: los indios tenían alma y por tanto, humanidad.

¿Cómo, entonces, esclavizarlos?

Eso era pecado.

Lo mejor sería traer afros, que -aparte de que eran más fuertes- carecían del soplo divino y en consecuencia, estaban en la mitad entre lo humano y lo animal (y esto peso tanto que los esclavos en los primeros cargamentos se contrataron por toneladas).
La corte española aceptó la propuesta, cosa que para los indígenas no significó demasiado: disminuyó un poco el altísimo índice de mortandad, pues de esclavizados pasaron a ser "encomendados" a los conquistadores para que éstos los cristianizaran... a cambio de trabajo.

La esclavitud no desapareció definitivamente hasta finales del siglo XIX.
Quilombos en el Río de la Plata

En el rio de la Plata en 1607 se produjo una conmoción por la aparición de una nave improvisada con diez y ocho afros.

Ellos habían sido abandonados en la isla San Gabriel por corsarios que había prendido a un buque tratante de esclavos proveniente de Angola.

En 1744 se realiza un censo en el partido de Las Conchas adonde resulta aparecer como habitante de la zona doña Juana de Benavídez, casada con Francisco Pérez, sus dos hijos, 3 esclavos y 3 criados.

El 4 de setiembre de 1817, "La Argentina" al mando de Hipolito Bouchard atracó en la costa oriental de Madagascar.

Allí inspeccionó barcos (tres ingleses y uno francés), ejerciendo el derecho de visita que Gran Bretaña y Estados Unidos aplicaban en África desde 1812.

Bouchard comprobó que se trataba de barcos de la trata negrera y entonces liberó a los esclavos.

En cuanto llegó la corbeta de guerra británica "Comway", Bouchard puso a su capitán al mando de las tareas de vigilancia.

No fue mucha la presencia de esclavos en Buenos Aires, sin embargo la mayoría provenía de Brasil y los mismos hasta fueron fruto de un particular suceso.

San Salvador de Bahía congregó a la población afro más grande de América, en Bahía el ochenta y cinco por ciento de la población es de raza afro.

Cuando la esclavitud fue abolida en 1888, un millón trescientos mil personas habían sido importados solamente al Estado de Bahía

La tradición precisa que fueron cerca de cuatro decenas de afros de Guinea los primeros en sublevarse en plantaciones de Pernambuco.

Ganaron la selva virgen del norte en Alagoa y levantaron un fuerte con una cerca de troncos que llamaron Quilombo.

Los fugitivos se juraron luchar por su libertad y se enorgullecían en llamarse Quilombolas, voz de Angola que significa golpe fuerte y señala al guerrero que ataca violentamente.

Durante cincuenta años los Quilombolas rechazaron todo intento de dominarlos y su ejemplo se extendió por Brasil y fueron apareciendo otros Quilombos sublevados lo que puso muy nerviosa a la corte de Brasil que en 1693 ordeno a Domingo Jorge Velho y a sus famosos capitanes do mato exterminar todos los Quilombos.

Veinte mil afros lo defendían y finalmente y luego de un extenso asedio y luchas, fueron derrotados y se desato la búsqueda de mujeres, niños y jóvenes como botín.

La fila de cautivos fue enorme.

La duda empezó a trabajar en que hacer con ellos.

¿Venderlos y tener de nuevo díscolos y sublevados? ¿Matarlos? Pero si se los mataba se perdía su valor como mercadería. ¿Qué hacer?

Hasta que un participante en la junta de decisión propuso “Estos afros tienen que ser llevado a puertos adonde haya muchos barcos deseosos de esclavos y sobre todo que puedan ser vendidos al sur adonde se paga más.

Estos afros tienen que ser vendidos al Rio de la Plata”.

"Excelente la idea - dijo el vengativo y duro capitán Jorge Velho que había perdido sus mejores hombres en la toma del reducto de Palmares- ¡Los vendemos a mejor precio y que vayan a armar Quilombos a Buenos Aires!...".

Esto explica las tan usuales frases en nuestra cultura de “No armes quilombo” o “Esto es un quilombo” o “fulano es un quilombero” aplicado a aquellos que hacen líos o son motivadores de problemas sociales.

Tambien nuestra cultura denomina Quilombo a aquello desordenado o licencioso, pues parecen ser estas, otras dos tónicas que caracterizaban a los Quilombos en Brasil.


LA RESISTENCIA CULTURAL

La Religión, fuerza de cohesión de los esclavos

Los Orixás cruzaron el Atlántico y sustentaron la lucha contra los blancos que vendían y explotaban a seres humanos.

Los africanos encontraron en sus dioses el poder que les permitió mantener sus tradiciones en América.

Los esclavos africanos cruzaron el Atlántico con sus dioses y en ellos encontraron la fuente de esa inagotable energía física y espiritual que les permitió conservar sus culturas.

De ese habla este artículo que profundiza en el análisis de las cosmovisiones africanas y su trasplante ámbito americano, donde actualmente nutren los cultos que nuclean a millones de hombres, mujeres y niños de todo el continente.

Estos afros resistieron la opresión del blanco que quería arrancarlo de sus culturas auténticas para importarles su propio cultura.

Sobre todo en las ciudades existía para ellos la posibilidad de reunirse en las noches y recrear sus comunidades de acuerdo con sus orígenes, mucho más que en las localidades rurales.

Sus numerosas sublevaciones testimonian sin duda, el deseo de escapar por una parte a la explotación económica de que eran objeto y al régimen odioso de trabajo al que estaban sujetos.

Pero esto no es todo.

Estas revueltas son también la prueba de su lucha contra la dominación de una cultura que les era extranjera.

Por lo tanto, no es nada sorprendente el encontrar en América civilizaciones africanas o grupos de ellas trasportados intactos”.

Sin duda, la razón por la que los espíritus de las forestas y de las aguas guardaron intactas sus fuerzas y existencia real, fue el hecho de que éstas representaban el solo bien que poseían los afros.

La tierra que cultivaban no les pertenecía, como tampoco las casas que habitaban ni muy a menudo, sus hijos.

Los ricos amos blancos y progresivamente mestizos, poseían todo.

Los únicos bienes legítimos que poseían los esclavos eran sus dioses y espíritu traídos de
su propio continente.

Estos dioses conservaban también su fuerza, por que eran ellos principalmente los
que mantenían la cohesión de los afros, ya que sus familias habían sido dispersadas y transportadas a las nuevas colonias.

Como se ha dicho anteriormente, los traficantes de esclavos cuidaban de no vender en una misma región provenientes de una misma tribu y aquellos unidos por un mismo idioma eran cuidadosamente separados y se les prohibía trabajar o vivir juntos.

Los esclavos debían dirigirse a sus amos en portugués y recibían órdenes también en portugués.

Así disminuían las posibilidades de reagrupaciones y revueltas.

Todo esto acabó por proporcionar a los afros algo mucho más fuerte a que aferrarse: una Religión sólidamente establecida.

Los esclavos eran bautizados en la Religión católica de sus amos, pero éstos se preocupaban poco de su educación Religiosa.

Fueron entonces los prelados de la Iglesia Católica quienes tomaron a su cargo esta tarea y para ello organizaron cofradías especiales que reagrupan afros de un mismo grupo étnico y que veneraban santos negros como San Benito el Moro o Nuestra Señora del Rosario de los negros.

Esta reagrupación de los afros en cofradías les permitía no solamente perpetuar sus idiomas africanos, sino también sus Creencias Religiosas en secreto.

Así como el amo blanco preguntaba el significado de una ceremonia en que los afros cantaban y danzaban en honor de Xangó u Oxalá, recibía invariablemente la respuesta de que esta era una celebración a su manera y en su propio idioma en honor de Nuestro Señor do Bomfín o Santa Bárbara o San Jorge, ya que cada divinidad africana había sido asimilada a un santo o a una virgen de la Religión católica, manteniendo así, a través del tiempo y al abrigo de un sincretismo aparente, sus propias tradiciones.

Por otra parte, el gobierno brasileño apoyaba y alentaba las instituciones llamadas Batuque que eran reuniones donde se reagrupaban a los afros de las mismas naciones ya que el objetivo principal del gobierno era utilizar estos Batuques como un medio de alimentar
e inflamar insensible y maquinalmente los sentimientos de aversión recíproca que sentían los diversos grupos étnicos y que les eran naturales desde tiempos ancestrales.

Estos sentimientos de mutua aversión eran la mejor garantía de seguridad en las grandes ciudades de Brasil, donde el peligro de las sublevaciones de los afros estaban siempre presentes, se apagaba poco a poco con el sentimiento de hermandad que creaban las penurias y el infortunio común.

Así, estos Batuques en que los afros se reunían para celebrar y cantar el orgullo de su propia Nación y el desprecio por las otras, fueron para los amos un ingenioso medio de mantener constantemente encendidos los odios tribales entre grupos antaño enemigos y que hoy se aproximaban peligrosamente como hermanos en exilio, cuya cautividad les inspiraba sentimientos de solidaridad contra el opresor común.

Sin embargo, estos Batuques tuvieron un efecto doble, ya que permitió a los afros mantener y reafirmar el culto de las divinidades africanas.

Aunque bautizados, los esclavos continuaban activamente ligados a sus Creencias y cultos y estas reuniones les permitían manifestar sus sentimientos hacia sus dioses “oficialmente” y sin necesidad de recurrir a las clandestinidad.

Sus cantos y danzas, que para los amos no pasaban de simples e inocentes distracciones, eran en realidad reuniones donde los afros arrancados brutalmente de su tierra natal, evocaban y llamaban a sus dioses africanos, los encarnaban y les pedían consejos para soportar esta dura vida y restablecían el orden interno de las estructuras cosmológicas que habían sido desgarradas, vapuleadas, pero no apagadas, con la implantación de nuevos órdenes a los que adaptaban superficialmente pero a los que no pertenecían.

Su universo de dioses y fuerzas naturales y metafísica les aseguraban su identidad y recreaban profundamente el equilibrio perdido.

La Religión como función reguladora de la conducta individual tenía gran importancia y sobre todo, esta Religión encerraba toda una concepción del mundo y de la vida que les era íntimamente propia.

ASOCIACIÓN "ILE DE LOS ORIXÁS"

TORREMOLI9NOS - MÁLAGA

654129620 - 687069744 - 951211026

iledelosorixas@hotmail.com

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