jueves, 26 de agosto de 2010

IFA Capitulo I

EL PRINCIPIO DE LA CREACIÓN SEGÚN LA MITOLOGÍA DE IFÁ

              OBÍ OKÒ BABÈRÈ, ÓKÒ NÍ RÍ IDÁHÙN
Traducción:
UNO SE HACE LA PREGUNTA, NUNCA SE RECIBE LA RESPUESTA

En la superficie, este proverbio es muy directo y evidente. Sin embargo, alude a una pregunta muy específica que está en el cimiento del culto a los Òrìsà. La pregunta es: ¿Estoy en el camino de mi destino? Si esta pregunta no se plantea constantemente, no hay transformación y no hay bendiciones de los Òrìsà.

Ifá pone mucho valor en el sentido común. Aquellos que no buscan soluciones efectivas a los problemas reales son mirados con sospecha en la cultura tradicional Yorùbá. La idea de "sufrir en silencio" es literalmente contraria a la doctrina de Ifá sobre el YO y el mundo. Los mayores que conocí en África dicen siempre que todo problema tiene una solución. Puede ser que la solución no nos guste, y a veces podríamos tener miedo de la resolución de algún dilema. Pero ninguna de estas posibilidades se considera una excusa válida para evitar la pregunta, esto es para quien no sabe dónde está parado que reflexione en sí mismo.

El primer intento para establecer vida en Aiyé

Conforme a las leyes y reglamento antes mencionado, Olódùmarè desarrollo un plan para mandar a todas las divinidades a la tierra simultáneamente pero sin avisarles de antemano. Por lo tanto una mañana Olódùmarè le mando hablar a Arugba para que fuera a la casa de cada divinidad y los invitara a presentarse en el Palacio de Òrun la siguiente mañana para un trabajo especial.

Arugba salió muy temprano por la mañana, mientras tanto Olódùmarè había equipado una habitación con diferentes implementos con los cuales él esperaba pudieran llevar a cabo su trabajo las divinidades. El mensaje que les entregaba Arugba era claro: Mi padre me ha mandado a invitarte a que te prepares para un trabajo especial mañana por la mañana.

Debes prepararte para salir en la misión divina inmediatamente después de recibir este mensaje y no deberás regresar a tu casa. La mayoría de las divinidades tomaron el mensaje literalmente y no se molestaron en preguntar a sus guardianes o consejeros como prepararse para la misión que Olódùmarè les tenía preparada. Arugba visito las casas de las divinidades por orden de mayor a menor, lo cual significa que Òrúnmìlà, el más joven de las divinidades fue visitado hasta lo último.

Mientras tanto, Òrúnmìlà que tenía el hábito de registrarse cada mañana, fue aconsejado por Ifá de preparar una comida en anticipación de una visita que se presentaría en su casa. Para cuando Arugba se presentó en la casa de Òrúnmìlà ya era tarde. Arugba no había comido nada durante todo el día, antes de que pudiera entregarle el mensaje, Òrúnmìlà la convenció de que comiera, y así lo hizo hasta quedar satisfecha entregándole el mensaje después de esto.

En muestra de sus atenciones ella le confió los detalles de la misión que les tenían preparada a todos al día siguiente. Ella le aconsejo que le pidiera a Olódùmarè tres favores especiales además de cualquier instrumento que tomara de la habitación preparada por Olódùmarè para la misión. Él debía pedir el camaleón (Alagemo), la gallina multicolor de la casa de Olódùmarè y la bolsa especial que Olódùmarè tenía (Akpominijekun). Después veremos el significado de esta petición especial, al fin de cuentas Arugba le dijo a Òrúnmìlà que si lo deseaba podía persuadir a Dios que la dejara acompañarlo en su misión, con estos últimos consejos Arugba termino su misión y regreso a su casa.

A la mañana siguiente todas y cada una de las divinidades se fueron reportando en el Palacio Divino de Olódùmarè. Tan pronto como iban llegando, Olódùmarè les ordenó que prosiguieran en su viaje a la tierra sin regresar a sus casas. Las primeras divinidades en llegar a la tierra inmediatamente se dieron cuenta que no había donde pararse, que todo estaba lleno de agua, solo estaba una palma que tenía sus raíces en el cielo y era la puerta de salida del Cielo. Conforme iban llegando se iban quedando en las ramas de la palmera ya que no había donde quedarse.

Antes de salir del Cielo, cada una de las divinidades recogió de la habitación del Palacio de Olódùmarè todos los materiales e instrumentos de su elección. Son los mismos instrumentos que los iniciados en el culto de cada divinidad usa para ese día.

Para cuando llego Òrúnmìlà al Palacio de Olódùmarè, todos los demás ya habían salido. Cuando se presentó ante Olódùmarè, él también recibió las órdenes de marchar hacia la tierra inmediatamente, se le informó que podía recoger cualquier instrumento que estuviera en la habitación sin embargo, todos los instrumentos disponibles habían sido ya elegidos por los demás y lo único que quedaba era el caparazón de un caracol con el cual tuvo que quedarse. Le pidió a Olódùmarè que ya que no quedaba nada en la habitación le diera:

• El camaleón - la criatura más vieja en la casa de Olódùmarè para que lo aconsejara en los problemas de habitar la tierra.

• El beneficio de la gallina multicolor de la casa del padre.

• La Bolsa Divina que le pertenece al padre, para ahí guardar las cosas que estaba recolectando.

• El privilegio de ir a la tierra en la compañía de Arugba, para que le recordara las leyes y reglas del cielo.

Sus cuatro deseos fueron concedidos. Cuando ya se iba en camino recogió cuatro diferentes plantas, que los sacerdotes de Ifá usan para todas sus preparaciones, todavía en el presente. También recogió todo tipo de plantas y animales que encontró en el camino. Guardó toda su colección dentro de la Bolsa Divina pues tenía la misteriosa capacidad de guardar cualquier cosa en ella sin importar tamaño al igual de producir cualquier cosa que se necesitaba.

Cuando llegó a la puerta de salida hacia la tierra, se encontró a todas las demás divinidades colgando de los brazos de la palma, él tampoco tuvo otra opción más que acompañarlos. Después de estar ahí parado en una rama por algún tiempo, Arugba desde adentro de la Bolsa Divina donde se encontraba escondida le aconsejo, que volteara hacia abajo el caracol dentro del agua ya que este contenía la base de la tierra y esta haría el suelo duro. Òrúnmìlà que desconocía el contenido del caracol, pues lo había recogido por ser lo único que quedaba en la habitación Divina ya que los demás lo habían ignorado.

Ninguno de ellos, a excepción de Arugba, sabía que en él estaba el secreto de la Tierra.

Cuando Òrúnmìlà volteo la boca del caracol hacia el agua el contenido de arena calló sobre el agua y esta empezó a burbujear. En poco tiempo la arena empezó a apilarse alrededor del pie de la palmera, ya que se habían formado varios montículos de arena, Arugba desde la bolsa aconsejo a Òrúnmìlà que sacara la gallina multicolor y la soltara sobre ellos para que se extendieran. Es la misma operación que hasta la fecha realiza la gallina.

Después de que la tierra fue extendida en un área grande, las otras divinidades que estaban asombradas ante lo que Òrúnmìlà había hecho le dijeron que se bajara y pisara la tierra para estar seguros que los soportaría a todos ellos.

Una vez más Arugba, le aconsejo desde adentro de la bolsa, que pusiera al camaleón sobre la tierra primero, lo cual hizo, por eso es que hasta la fecha camina con mucho cuidado por miedo a que la tierra se colapse bajo sus pies, pero la tierra se mantuvo firme.

Tan pronto como Òrúnmìlà se aseguró que la tierra era firme, se bajó de las ramas de la palma y empezó a sembrar las plantas que traía con él del Cielo. Después de esto, las divinidades una a una fueron bajando a la tierra.

Por eso es que la palma, la primera creación la cual tiene sus raíces en el cielo, es respetada por todas las divinidades. Es la raíz de su genealogía. Todas las divinidades bajaron de ella y se esparcieron por la tierra para fundar sus propias moradas en diferentes partes de la tierra.

Òrúnmìlà, siendo el más joven de las divinidades, se quedó a servir a las divinidades mayores por turno, le sirvió a Ògún, Sàngó, Olókun, Eziza etc. En el transcurso de este tiempo una de las divinidades se apoderó de Arugba, perdiendo de esta manera a su confidente y consejera.

Cabe mencionar en este momento que el proceso de iniciación al Ifismo, la religión de Òrúnmìlà, es un intento de conmemorar este proceso de dejar el Cielo y llegar al mundo a través de la palmera. La mujer que lleva los ikines sobre la cabeza en Igbodù es llamada Arugba. En vista del hecho que Òrúnmìlà nunca se casó con Arugba, no es aconsejable para ningún iniciado en Ifá casarse con la mujer que lo siguió a Igbodù. Por el mismo motivo no es aconsejable usar a la esposa para la ceremonia, ya que será retirada de su lado, ya sea por la muerte o por otros.

La presencia de Arugba creo muchos problemas entre las divinidades ya que ella era la única mujer, todos y cada uno de ellos peleaba para retener a Arugba. La lucha por Arugba pronto saco lo peor de cada divinidad. Los más feroces, llamados, Sàngó, Sànpònná, Ògún etc., pelearon unos con otros con todas las armas a su disposición, existía una confusión completa, la cual originó una actitud mordaz entre ellos. Mientras tanto, Òrúnmìlà fue el primero en regresar al Cielo a reportarle a Olódùmarè, que la función de guardián de Arugba se había perdido entre las divinidades porque había sido raptada de la compañía de Òrúnmìlà con el cual había bajado al mundo.

Todas las divinidades se habían establecido con los instrumentos adquiridos en la habitación del Cielo, por su parte, Òrúnmìlà había perdido el uso de los que él tenía incluyendo la Bolsa Divina, pues ya no contaba con el consejo de Arugba, y no sabía que uso darles. Después de una vida de penuria y de privación, decidió regresar al Cielo y preguntarle a Dios porque la vida en la tierra era tan dolorosa y diferente que en el Cielo; ni siquiera las cuatro plantas que había traído del Cielo no le eran de ayuda, aunque son las mismas que se usan en la iniciación de Ifa y en la preparación de medicinas hechas por Òrúnmìlà hasta el día de hoy.

Cuando llego el momento de Òrúnmìlà de regresar al Cielo, fue al pie de la palma y trepo hasta los brazos de ella y de ahí regresó al Cielo. De regreso en el Cielo, él fue uno de las pocas divinidades en ver lo último de la existencia física de Olódùmarè. Olódùmarè, que nunca se enojaba o perdía el control, estaba verdaderamente molesto al ver a Òrúnmìlà. Òrúnmìlà le pidió perdón por ver lo último que quedaba de su existencia corpórea, del cuello para arriba, explicando las dificultades que había tenido en la tierra en las manos de sus hermanos las divinidades, se quejó con sorpresa de que las reglas del Cielo no estaban llevándose a cabo en la Tierra.

Después de escuchar el reporte de Òrúnmìlà, Olódùmarè lo autorizó a quedarse en Cielo y mandar a Obstáculo, la más poderosa de todas las divinidades, (Elenini) a verificar el reporte de Òrúnmìlà.

Cuando Elenini llego a la tierra, pudo presenciar de cerca lo que hacían las divinidades que estaban aún en la tierra. No solamente estaba satisfecho y de acuerdo con el reporte de Òrúnmìlà sino que temía que con la de privación que prevalecía, las divinidades terminaran en guerra entre ellos mismos.

También podemos Decir

El ITAN de la creación se llama OTRUPON - OWONRINI y sus versos dicen lo siguiente:

"los trabajos de la creación trascendieron y permitieron crear todos los seres humanos

y las múltiples variedades de especies, que poblarán el mundo.

Toda planta, hierba, animal, ave, pájaro, peces y toda la raza humana”.

De acuerdo con la creencia Yòrùbá, Ifá - también llamado Òrúnmìlà -, fue uno de las 401 divinidades u Òrìsà que bajaron del cielo a la tierra.

El itan de la creación asevera que, Olódùmàrè - el Dios supremo, cierto día reunió a todas las divinidades comunicándoles su decisión de formar un nuevo lugar, el mundo material, donde ellos podrían levantar sus hogares, gobernar ciudades y liderar a grupos.

Advirtió que cada uno, tendría una misión específica y fundamental en la creación de lo que dio en llamar Aiyé. Pero antes, debían cumplir con una obligación ritual muy importante. Todos, al amanecer siguiente, antes que el sol naciera, tomarían un obi y al consultarlo; el oráculo les marcaría los ebo a ser realizados antes de partir.

Los Òrìsà muy excitados por la misión pasaron la noche hablando y festejando la fabulosa propuesta de Olódùmàrè; y como se acostaron muy tarde, no lograron levantarse antes de la salida del sol.

Tan solo el Òrìsà Orí fue quien despertó temprano y obediente al pedido de Dios, consulto a Obi y realizó los ebo marcados por éste.

Su acatamiento le fue recompensado, siendo entonces el primer Òrìsà poseedor del Asè y quien por siempre, después de Olódùmàrè, maneja el destino individual de todo habitante del òrun y del aiyé.

Ya era muy tarde, cuando las demás divinidades despertaron y compungidas por su falta de responsabilidad, le rogaron a Olódùmàrè que los disculpara por quedarse dormidos y no cumplir sus órdenes en el momento indicado. La gran benevolencia de Dios, una vez más se hizo presente aceptando sus disculpas; Consultando entonces sus obi, se aprontaron para la partida.

Antes de abandonar el orun, Dios los volvió a reunir y les dijo: - La libertad de acción y elección que tendrán a partir de éste momento será total. Serán dueños de sus actos y responsables por sus destinos. Pero para que no se sientan demasiado solos en éste acometido, he decidido que cada uno lleve consigo su Orí Àpéré, al que cuidarán y ofrendarán en primer lugar después de mí. Él es la cabeza que regirá sus destinos, el acto puro que guiará vuestra existencia, el regulador de cada sino y vuestra identidad individual.

Todos los Òrìsà, desde ese momento en adelante, quedaron subordinados a Orí quien por haber cumplido con el pedido divino, pasaba entonces a ser su Orí Inu.

Dicho esto, Olódùmàrè encomendó a Èsú la misión de oficiar como el policía del universo custodiando y guardando el Àse.

El Òrìsà Ògún fue puesto a cargo de todo lo relacionado con la guerra, la caza, el hierro y uso de todos los implementos confeccionados con dicho material.

Oya recibió en mandato, transformar la naturaleza a través del dominio de los vientos, junto con Sàngó que gobernaría truenos y tempestades.

A Osun le fue atribuida la misión de controlar la fecundidad, y reinar sobre las riquezas materiales.

Y el principal atributo que designó a Òsà-nlá, fue tener a cargo la responsabilidad de modelar con arcilla (formar) a los seres humanos que habitarían el aiyé.

A Ifá, le correspondió hacerse cargo del oráculo, dada la gran sabiduría adquirida como resultante de su permanente presencia al lado de Olódùmàrè.

Y sucesivamente, cada Òrìsà, recibió su misión juntamente con su Orí inu personalísimo, al que debía rendir preferencia por siempre y en primer lugar.

Así fue que 401 de las divinidades creadas por Olódùmàrè y que junto a Él habitaban el òrun, fueron pedidos para desempeñarse como ayudantes móviles, ejecutando sus órdenes y colaborando en todo.

Antes de partir, Dios les entregó la calabaza de la existencia, conteniendo en su interior, la arena que permitió solidificar gran parte del vacío reinante; y diferentes semillas, representativas de las riquezas contenidas en el òrun, una gallina de 5 dedos y un camaleón. Con estos elementos, se cumplió una de las partes de la creación de la tierra, la formación del mundo material. Y ésta es la razón por la que todo elemento de la tierra, posee esencia divina. Siendo los fenómenos naturales, fuerzas activas y espirituales de la naturaleza

- En este punto diré que es dogma de fe entre los Yòrùbá, que los 401 Òrìsà mencionados anteriormente, descendieron de los cielos a la ciudad de Ifè, y fueron los primeros habitantes de la tierra. Razón por la que se considera a Ifè el principio en la formación de la tierra y primer lugar habitado por la especie humana -.

Con ansiosa expectación, partieron hacia los límites del òrun , donde se abría un abismo inescrutable, la oscuridad era casi total, apenas podía divisarse dentro del caos, una gran masa de agua; por lo que los Òrìsà, temerosos de caer en el tenebroso vacío, decidieron previamente hacer uso de los elementos entregados por Dios.

En primera instancia, Ódùdùwà, tomando el polvo contenido en la calabaza, soplo al vacío y cuando todos se aseguraron que esa tierra, formaba un montículo en medio del desorden, enviaron a la gallina de los 5 dedos.

La gallina, se posó en el montículo y comenzó a desparramar con sus patas la tierra.

Felices, los Òrìsà, riendo y bailando, decidieron llamar a ese lugar, Ifè. Pero aún inseguros de la firmeza del predio, remitieron al camaleón, quién caminó sobre el montículo, comprobando así su solidez.

Seguro de la firmeza del terreno, Ódùdùwà, baja a la tierra firme y de la calabaza, saca las semillas que siembra por el lugar. En segundos, las semillas germinaron y la amorfa mole de tierra comenzó a llenarse de luz y colores. Verdes praderas y frondosos árboles se erguían por doquier. En una punta, los mares se abrían acariciando en su oleaje la rubia orilla, mientras a lo lejos, podía apreciarse la pacífica y cristalina transparencia de un arroyo, que golpeaba cadenciosamente a una rojiza y saliente roca que parecía erguirse en procura del sol naciente.

El gran abismo había sucumbido a la grandiosidad de la luz y la vida.

Felices, los mensajeros de Olódùmàrè, descendieron al prado y comenzaron a construir sus Ilé, cultivar los campos y disponer ciudades en diferentes puntos de Ifè - el lugar donde Ódùdùwà desparramó la tierra, PRINCIPIO DE VIDA -.

De esta manera, los Òrìsà junto con la gallina y el camaleón, fueron los primeros habitantes de Ifè - PRINCIPIO DEL MUNDO - , mucho, pero mucho tiempo antes de la creación de los seres humanos.

Pero la misión no había concluido, faltaba aún explorar la inmensidad del lugar y crear condiciones adecuadas de vida, para así cumplir con el mandato divino.

Las hazañas por ellos vividas, están contenidas en todos y cada uno de los itan que hasta hace pocos años atrás fueron trasmitidas oralmente por los mayores.

Al tiempo de su primer arribo, la población divina comenzó a desarrollarse en Ifè, para luego formar, además, la población humana, según surge de diferentes leyendas que iré transcribiendo a lo largo del libro.

Con el correr del tiempo y obedientes al pedido de Olódùmàrè, los Òrìsà fueron construyendo sus hogares, formando parejas y dando a luz a sus hijos; un linaje de sub divinidades, que al crecer se convirtieron en reyes sagrados de la nación Yòrùbá.

Los descendientes de Òrìsà tuvieron a su vez progenie que fue ocupando paulatinamente, diferentes jerarquías dentro de la comunidad.

Los hijos de Ódùdùwà se convirtieron en los políticos más importantes, formando la dinastía de gobierno de los reinos Yòrùbá - una de las más poderosas dinastías -. Prueba de ello es la formación de la organización imperial del "Viejo imperio Oyo", que sirve como importante muestra del poderío que legaron éstos gobernantes sagrados.

A su vez, Òrúnmìlà, mientras vivió en la tierra, organizó la sociedad humana sobre una base ordenada, enseñando los secretos de la adivinación. Y como todos los demás Òrìsà, luego de haber cumplido su tarea regresó a Orun. Pero antes de partir, a sus descendientes, ocho hijos varones, les trasmitió sus conocimientos de la misma manera, que lo hacía con los discípulos que sentados a su alrededor, se deleitaban con su ilimitada sabiduría.

La libertad de decisión junto con las ambiciones personales de cada divinidad, dieron paso a conflictos de intereses. Grupos que se unían para pelear por una porción mayor de territorio o poder, confrontaciones entre familias, celos y vanidades, hicieron de la tierra un lugar conflictivo. Nadie quería ser mandado por el otro y todos reclamaban su autonomía.

En vista de tales circunstancias, Olódùmàrè ordena a Òsà-nlá, la necesidad de crear al hombre.

Prontamente, en el orun, Òsà-nlá utilizando una arcilla que Dios le entrega, modela la cabeza; y parte con ella rumbo al aiye, de donde extrae una porción de barro y termina de formar a los hombres y mujeres comunes, para que sirvan como súbditos de los Òrìsà y sus descendientes.

Una vez que las figuras fueron esculpidas a imagen y semejanza de Dios y sus divinidades, el gran hacedor les insufló el Emi, su soplo divino. Así fue como Dios dotó al hombre del alma inmortal. Y en ese momento, comenzó en la tierra, el PRINCIPIO DE VIDA HUMANA.

Muchas tinta se ha gastado para contar las diversas situaciones sucedidas después de la creación de la tierra y sus habitantes, pero para continuar, me siento en la obligación de hacer un pequeño paréntesis, recordando que fue en el siglo XV, época donde con el advenimiento de los esclavos africanos, llega a América la Religión de los Òrìsà. Y que a pesar de la brutal evangelización a que fueron sometidos, los descendientes de africanos lograron preservar sus creencias religiosas.

Aunque en rigor de verdad, a pesar de los siglos transcurridos, seguimos envueltos en una guerra de poderes y ambiciones, que hacen peyorativa “la fe del prójimo”, como lo explica W. Abimbola en su escrito “El concepto de ética en el cuerpo literario de Ifa, cuando dice; “...las religiones tradicionales africanas están basadas en valores morales muy profundos que sostienen las creencias. Hemos escuchado a muchos ignorantes católicos o islámicos que las creencias tradicionales africanas no están encuadradas en los valores éticos. Nada más lejos de la verdad...”.

Y continuando, afirmo que como todas las demás, La religión Tradicional africana posee génesis, porque explica el conjunto de los hechos que dieron origen y principio a la creación de la tierra; teología, por ser ella la ciencia que trata de Dios, sus atributos y perfecciones; y Dogma, porque aunque sus creencias no se basan en reglas estructuradas, posee un conjunto de convicciones y principios innegables a su religiosidad, reflejadas en la tradición viva de los Itan.

Esta aseveración surge de la premisa que los Yòrùbá entienden que resulta imposible penetrar en la historia de la humanidad, sin apoyarse en la riqueza de aquello que les fuera transmitido de generación en generación, como una herencia viva.

Concuerdo con la opinión de J. Valsina, cuando en su libro “Historia General del África “, al hablar de la tradición oral y su metodología ", dice; “...Este libro sagrado nace de la tradición oral, donde sus caracteres propios son las palabras, transmitidas en acción o acto y la transmisión que difiere de las obras escritas...".

Particularmente agrego que la realidad asevera, que fueron las palabras dichas en el principio, las que permitieron modelar el cuerpo literario que aún hoy nos acompaña. Esas palabras, son los vínculos que aúnan al hombre con su memoria.

Y de lo expuesto anteriormente, se deduce que cuenta, además, con doctrina teológica escolástica, dado que los Itan, imparten las enseñanzas sagradas que fueran legadas por Olódùmàrè a través de sus Òrìsà y que desde el principio de la vida los Sacerdotes Africanistas, enseñan a través de la palabra.

Desde los orígenes hasta nuestros días, un Bàbálórìsà, junto a sus discípulos hace lo mismo que en la edad media hacían ARISTÓTELES, SOCRATES, O PLATON; sentarse junto a ellos a transmitir los conocimientos de su cultura ancestral.

Esta religión, posee como pilar de fe, la creencia en un sólo y único Dios, creador del universo; y de un conjunto de diferentes deidades, creadas a su imagen y semejanza llamadas Òrìsà y cada una, gobierna por su parte, un elemento determinado de la naturaleza en especial.


ARA - El YO físico

El ara es el cuerpo físico y todos los órganos internos. De acuerdo a las escrituras de Ifá, formar el cuerpo físico es un esfuerzo conjunto entre las Fuerzas Espirituales conocidas como Obàtálá, Ajàlá-Mòpín y Ogún. "Obàtálá "significa" “Rey del Paño Blanco". El símbolo del Paño Blanco representa el poder de la luz de transformarse en materia. Debido a que la luz es la Fuerza Originaria en el Universo, todo lo que existe es descrito tanto por Ifá como por la ciencia occidental como una expresión de la manifestación de la luz.

La cosmología de Ifá está basada en la creencia en un universo teleológico. Teleología es la teoría metafísica en la que la evolución está guiada por designios conscientes. Las escrituras de Ifá enseñan que todo lo que existe tiene su propia forma única de conciencia. La conciencia, en su estado originario, es descrita por Ifá como la semilla o el àse (poder) de Obàtálá. Esto sugiere que la luz en sí misma es la manifestación originaria de la conciencia en el Universo.

En el dominio personal, Ifá enseña que el àse guía la transferencia de la información genética de una generación a la siguiente. Esto se hace tanto biológica como físicamente, por medio de la luz, la que está asentada en el núcleo de la conciencia humana. Es la chispa de luz en el punto centro de la conciencia quien crea la posibilidad de la conciencia de sí mismo. Debido a que la luz contiene los proyectos para toda la Creación, la conciencia humana tiene el potencial para acceder a esos proyectos y recobrar cualquier información que sea necesaria para sostener la vida.

Obàtálá es asistido en la tarea de crear conciencia por "Ajàlá-Mòpín", que significa "El poder de la luz para crearnos". De acuerdo a las escrituras de Ifá, Ajàlá-Mòpín moldea cada cabeza mientras se está formando en el útero. Esto no quiere decir la formación de la estructura física del cráneo. La tarea de Ajàlá-Mòpín sugiere que cada cabeza se forma de tal modo que estén previstas todas las posibilidades de lo que es llamado "ire" e "ibi". Ire es la palabra yorùbá para "buena fortuna", e ibi es la palabra yorùbá para "infortunio". Esta traducción es de alguna manera desorientadora en el contexto de la teología de Ifá. Decir que la cabeza fue moldeada para la buena fortuna sugiere que la persona en cuestión tiene el potencial para hacer completo uso de aquellos diversos elementos que sostienen la vida en la tierra. Decir que la cabeza fue moldeada para infortunio sugiere que la persona en cuestión no tiene el potencial para hacer uso total de sus recursos internos.

En términos psicológicos, la cabeza que fue formada para ibi sería similar a la de un sociópata, quien se define como una persona desprovista de cualquier forma de conciencia. La ciencia occidental no tiene explicación para la conducta sociopática. Ifá señala el origen de la conducta sociopática como uno de los componentes de opción individual que ocurre durante la creación de la conciencia individual entre los estados de reencarnación.

El papel de Ògún está en el moldear el cuerpo físico, particularmente los miembros. No hay traducción directa para la palabra Ogún, la que usualmente se traduce como "Espíritu del Hierro". Podría parecer raro asociar el hierro con la evolución física. Sin embargo, tanto los mitos de Ifá como la ciencia occidental están de acuerdo en que la vida en la Tierra comenzó en el fondo del océano. Las primeras formas de vida fueron bacterias unicelulares que se alimentaban de herrumbre. Cuando la roca hirviente del núcleo de la Tierra irrumpió a través del piso del océano, se enfrió y solidificó. Fue la herrumbre de estos depósitos lo que proporcionó nutrición para las primeras formas de vida que aparecieron en el planeta. La ciencia occidental llama a esto evolución biológica. Ifá lo llama la virilidad de Ogún uniéndose con la fertilidad de Olòkún, que es el Espíritu del Océano. De acuerdo con Ifá, la misma Fuerza Espiritual que transformó los minerales en animales tiene un papel activo en la formación del cuerpo físico.

El proceso de moldear la forma humana gana asistencia adicional de las Fuerzas Espirituales llamadas Aláàánú, Olóore, Súngbèmí, Mágbèmitì, Saaragaa y Ejufiri, que significan respectivamente El Misericordioso, El Dueño de la Bondad, Seas Más Cerca de Mi, El Lugar de Reserva de la Unicidad. Ejufiri no tiene traducción literal, pero sugiere que es el fundamento de la fuerza interior. Cada uno de estos Òrìsà es la fuente de características genéticas que son preservadas dentro de un linaje particular de familia. Como grupo, estas Fuerzas en la Naturaleza preservan tanto las formas internas como las externas de potencial que aparecen como siendo transmitidas a través de generaciones de descendientes.

ÈGBÈ - El YO emocional

Egbè es una palabra que es frecuentemente traducida como "corazón". Sin embargo, muchos conceptos de Ifá están basados en la idea de que lo que aparece en el dominio físico es sustentado por su homólogo en el dominio invisible. Una clave para entender el lenguaje de Ifá es el uso de dos palabras diferentes para describir lo que en Occidente podría ser considerado un fenómeno único. Por ejemplo, el órgano físico que bombea sangre a través del cuerpo es llamado "okàn". Dentro del okàn existe un centro de poder que regula el flujo de emoción, el cual es llamado "ègbè". Debido a que la lengua castellana no tiene palabras para hacer esta distinción, ambas palabras son generalmente traducidas como "corazón".

La palabra ègbè es también usada para describir una colectividad religiosa. Cuando se usa en este contexto, el significado es similar a la expresión "El corazón del grupo". El doble uso de la palabra ègbè refleja la creencia Ifá de que las Fuerzas que existen en la naturaleza reaparecen en diferentes dominios del Ser. En otras palabras, la Fuerza Espiritual invisible que sustenta el corazón de un individuo también sustenta los corazones de una comunidad dada.

El concepto de ègbè está también basado en la creencia de que el poder espiritual es atraído hacia adentro del cuerpo por medio de varios centros de poder que regulan el flujo de fuerzas vitales entre el self y el Mundo. Estos centros de poder son llamados colectivamente Awùjè. Son similares al concepto de chakras del yoga. En el yoga, los centros de poder se alimentan de una forma de energía llamada prana. En Ifá, los centros de poder se alimentan de una forma de energía llamada àse. La palabra àse no tiene una traducción literal, pero sugiere o bien un orden o un comando o una sanción. Desde un punto de vista cosmológico, àse es el principio dinámico que lleva a la Creación a Ser.

Las enseñanzas esotéricas de Ifá describen el àse como entrando al cuerpo a través de la cabeza, boca, garganta, hombros, manos, pecho, los costados de las costillas, los genitales, la parte inferior de los muslos y los pies. El tipo de àse que es atraído a cada lugar es afectado por el Odù que controla una parte específica del cuerpo. Odù es la palabra usada para describir los versos sagrados de las Escrituras de Ifá, y cada Odù representa una forma originaria de energía con sus propias características únicas. Para aquellos que están familiarizados con los Odù, las correlaciones son como sigue:



1. Cabeza - Obàrà Méjì

2. Boca - Otúrá Méjì.

3. Garganta - Iká Méjì

4. Hombro derecho - Irètè Méjì

5. Hombro izquierdo - Otúrá Méjì

6. Pecho - Odí Méjì

7. Caja toráxica derecha - Iwòrí Méjì

8. Caja toráxica izquierda - Oyèkú Méjì

9. Estómago - Ogbè Mèjí

10. Mano derecha - Osé Méjì

11. Mano izquierda - Ogúndá Mèjì

12. Genitales (masculinos) - Ogúndá Méjì

13. Genitales (femeninos) - Osà Méjì

14. Muslo derecho - Irosùn Méjì

15. Muslo izquierdo - Owórín Méjì

16. Pie derecho - Osà Méjì

17. Pie izquierdo –OgúndáMéjì

EL CONCEPTO IFÁ DE LA MEZCLA ARMONIOSA

ÌRÉPÒ

La palabra ìrépò significa "el mezclarse junto". Es una creencia fundamental de Ifá que quienes viven en armonía con EL YO y mundo reciben las bendiciones de la Naturaleza. En la lengua yorùbá este proceso usualmente se denomina mezcla o ìrépò. El ritual de iniciación está diseñado para ayudar en el proceso de crear ìrépò dando al novicio una visión de su papel y responsabilidad en la familia, comunidad y Naturaleza. Esta visión no asegura la armonía, simplemente provee la base para crear armonía.

En Ifá, el símbolo del círculo inscrito con una cruz de brazos iguales, se usa para representar el orí. La parte superior del círculo representa las influencias espirituales, la parte inferior del círculo representa la influencia de las necesidades de supervivencia, el lado izquierdo del círculo representa la influencia de los antepasados, y el lado derecho del círculo representa el movimiento hacia el futuro. Usando esta imagen, equilibrar todas estas influencias coloca al orí en el centro del círculo, el cual es el empalme directo entre Ìkòlé Òrun (Reino de los antepasados) e Ìkòlé Aye (Tierra).

Cuando el orí inú está ubicado en el centro del círculo de influencias, experimenta orí ire (buena fortuna). Cuando el orí inú está descentrado, experimenta orí ibi (mala fortuna). Estar descentrado quiere decir que los diversos aspectos del self descritos por Ifá no están mezclados junto en un equilibrio armonioso. Por ejemplo, la conciencia individual que se encuentra atascada en problemas que ocurrieron en el pasado estaría descentrada en la dirección de los antepasados. La conciencia individual que está demasiado preocupada acerca del honor personal y los logros estaría descentrada en la dirección del futuro. La conciencia individual que persigue aspiraciones religiosas hasta el descuido de las necesidades de supervivencia estaría descentrada en la dirección de la espiritualidad. La conciencia individual que se encuentra atascada sobre preocupaciones sobre las necesidades físicas estaría descentrada en la dirección de la supervivencia.

Esta es una explicación simplificada de un proceso complejo que incluye distinciones sutiles que ocurren a lo largo de cada grado del círculo. El símbolo circular del orí se dibuja en una estera o en una bandeja usadas para la adivinación. Los patrones creados por los implementos usados para la adivinación dan una indicación de los lugares dentro del círculo en donde influencias divergentes han halado la conciencia afuera de la armonía con su self superior. Este proceso funciona de una manera bastante parecida a la que un astrólogo utiliza para leer un horóscopo

Cuando el orí inú está ubicado en alineamiento con Ìpònrí, la armonía que es constantemente creada cae bajo la influencia del proceso de envejecimiento. Ifá enseña que existen cambios en papeles y responsabilidades que ocurren en diversos puntos en la vida de una persona. Estos cambios están marcados por rituales de transición que están diseñados para llevar la alineación entre orí inú e Iponrí a nuevas regiones de autoconsciencia.

Referencias:

El material en este capítulo está basado en instrucción oral del Babaláwo Fagbemi Fasina, el Babaláwo Medahochi y en mi propia traducción de palabras yorùbá que son elementos claves de las escrituras Ifá. Estas palabras son conocidas como "Awo Yorùbá" y frecuentemente son mal traducidas en la mayoría de los diccionarios o bien completamente omitidas. Debido a que muchas de las palabras usadas en awo yorùbá son contracciones de frases de las Ifá Oriki (invocaciones), la tarea de traducción está abierta a un espectro de variaciones. La opciones que he tomado han sido un esfuerzo de poner los conceptos religiosos en un lenguaje claro. Estoy agradecido por la asistencia de Olalekan Babalola y Adekoye Williams por su paciente guía al asistirme en el proceso de traducción. La traducción original de la palabra ìwà-pélè fue provista por el profesor Abimbola Wande, quien ha hecho un trabajo pionero en el área de volver al lenguaje de Awo accesible a lectores de otras lenguas.



Iwá Pelé - El Buen Carácter



1) La Religión Yoruba invita a desarrollar el buen carácter. Ello se logra siendo “persona” estando conectado con nuestro ser interior, tal es así que mal carácter en yoruba se dice “enia-k’énia” que quiere decir: no persona.

Iwá Pelé (buen carácter) surge de la unión de las palabras:

I Wá Opé Ilé que literalmente significa:

“yo vine saludar tierra / casa”

Esto significa que el ser humano esta de visita en este mundo y le debe respeto a la Madre Tierra. Nuestro deber es preservar la vida en este plano y que continúe también para las generaciones futuras.

Los yorubas dicen:

“La tierra es un mercado, el cielo es nuestra casa”

Aquí esta implícito el concepto que cada ser humano es un alma inmortal, que nuestro hogar es la eternidad y este plano material es un paso transitorio.

2) Los yorubas señalan otro concepto relacionado con el buen carácter que es el deber de hacer el bien que surge del principio:

“si tu vida mejora, mi vida mejora”

Por la creencia que todos los seres humanos estamos unidos entre nos y con la creación toda. Hacer el bien requiere determinación y valor. Se aplica la denominada Regla Dorada de los yorubas que es:

“no hacer a otro, lo que no se quiere que le hagan a uno”.

Hacer el bien es crear pureza y elevación en el mundo. Es también desarrollar una naturaleza y una tendencia a hacerse el bien a uno mismo siempre y en todo lugar, que incluye no hacer daño a otros, pues esto sería la semilla de futuros perjuicios en la vida de uno.

3) Elevación de la conciencia: El fin de la Religión Yoruba es que el ser humano trascienda este plano material, elevando su conciencia. De esta forma alcanzar la comprensión, el conocimiento y la sabiduría que le permitan alcanzar la felicidad.

Conceptos Yorubas:

Ori es el espíritu de la conciencia o cabeza interna que tiene cada ser humano, está en el tope de la cabeza, es el centro de poder que está en la coronilla (glándula pituitaria).

Ara: Es el cuerpo físico de cada ser humano.

Ori Inú: Es el espíritu individual o yo interno que cada uno es.

Iporí Eledá: Es el cerebro, el asiento de la mente, los conocimientos, es la lógica y la inteligencia.

Akinkín Otún Oló Abibó: es el hemisferio cerebral derecho.

Osín Oló Orún Abibó Gongó Orún: es el hemisferio cerebral izquierdo.

Iwajú: Así se denomina al centro de poder que está en la frente de la persona, en el medio de los dos ojos (glándula pineal).

Ipako: Así se llama al centro de poder (cerebelo) que esta en la base del cráneo, en el cuello. Rige las funciones simpáticas del organismo y se ve influenciado por Yeún Inú (estómago) y por Obó ati Okó (los órganos sexuales).

El razonamiento y el comportamiento de una persona están limitados y determinados de acuerdo al grado de predominio de Ipako o de Iwajú. Ori es quien da la comprensión para el mejoramiento del carácter relacionado con el destino que se viene a cumplir en este plano físico y por el grado de evolución espiritual de la persona.

Cuando la persona está sintonizada con su Orí, cumple con el destino que vino a desempeñar aquí en la tierra y desarrolla el buen carácter. De esta forma alcanza sabiduría y felicidad. Esta vida terrenal permite progresar en la escala evolutiva.

Apari Inú: Así se le llama al comportamiento o carácter que una persona tiene como destino. El funcionamiento de Iwajú, la glándula pineal situada en la frente entre los dos ojos, es destino en una persona, porque de ella depende el pensamiento racional e intuitivo, la memoria, la concentración de la conciencia sin pensamientos, el dominio del espíritu sobre la materia, es la fusión del conciente y del inconciente, es el centro de clarividencia e intuición, lo que se conoce como el tercer ojo. También es destino el funcionamiento de Ori el centro de poder que se encuentra en la coronilla de la cabeza, la glándula pituitaria, que rige la inspiración, la conciencia cósmica, el Yo Superior, la evolución, la integración con la divinidad.

La Sabiduría Yoruba destaca la necesidad de trabajar duro para llevar a cabo el éxito potencial que la elección de un buen ORI trae consigo. Por lo tanto una cabeza afortunada no lleva automáticamente al éxito, sino que es la posibilidad para concretar ese buen destino, con la ayuda de las fuerzas sobrenaturales y el empeño constante de la persona.

Iwá Pelé es trascender el plano físico, elevar la conciencia y comprender la vida.

4) Para acercarse al ideal del Iwá Pelé el babalawo debe procurar templar su voluntad corrigiendo errores y llevando a la práctica las siguientes recomendaciones:

* Ser positivo: pensar con esperanza (cada mañana será mejor que la de hoy).

* Tener entusiasmo que nace de la confianza por la comunión con el mundo espiritual.

* Practicar la sinceridad, hablar con la verdad, tener honestidad, no aparentar lo que no se es. Ser honestos nos permite también exigir honestidad de quienes se relacionan con nosotros.

Hay distintas sentencias yorubas que ejemplifican lo dicho:

“Los Orisas le dan la espalda a la persona que aparenta una cosa y realmente es otra”

“Se puede engañar a los vivos pero no a los muertos”

“Tenga cuidado con tomar lo ajeno, porque si no lo descubren los vivos, lo están viendo los muertos”

* Tener pulcritud. Se ha de procurar tener limpieza física, mental y espiritual. Debemos limpiar el dolor de nuestro corazón, dejar en el pasado lo que pasó. La sinceridad y la pureza otorgan poder a las oraciones. No envenenar nuestro organismo. La promiscuidad lleva a perder la salud y el respeto de los Orisas.

* Tener orden y disciplina. El orden permite ahorrar tiempo y energía; de esta forma multiplicamos nuestra productividad.

* Ser resistentes es la capacidad de soportar el dolor y la adversidad sin quejarnos. La voluntad y el coraje permiten seguir adelante en contra de oposiciones. Firmeza es permanecer fiel a nuestras creencias y convicciones, a nuestra verdad, independientemente de ganancias o pérdidas, fieles a nuestra voz interior. Debemos desempeñar con constancia las tareas asumidas y concluir todo lo que se empieza. Tener paciencia para esperar lo bueno, para tolerar las traiciones, las calumnias y el desagradecimiento.

* Evitar discusiones y peleas principalmente dentro de nuestra casa para no dar lugar a que de esta forma se corte nuestro progreso. Controlar la lengua para que nuestras palabras siempre sean constructivas. No ser curiosos, ni inmiscuirnos donde no nos corresponde.

* Practicar la humildad. Somos actores que desempeñamos un papel efímero en la obra de teatro que es esta vida material. Somos administradores transitorios que tendremos que rendir cuenta por el uso que hemos dado a lo que hemos dispuesto.

* Estudiar porque el conocimiento permitirá incrementar nuestra capacidad.

* Buscar la prosperidad con trabajo, perseverancia y humildad.

* Desarrollar la tolerancia y la comprensión, respetar el libre albedrío de los demás aunque estemos en desacuerdo con sus creencias y comportamientos. Así como exigir respeto a nuestra persona y propia dignidad. Ser Valientes. No permitir que nos hagan daño. Ejercer el derecho de defensa y protección.

* Cultivar la tranquilidad, el descanso y el silencio para encontrarse a si mismo.

* Por último el buen carácter debe manifestarse en obras productivas y de utilidad, tal como dice la máxima yoruba:

“En la casa de un no religioso encontramos maleza y matorrales, mientras que en la casa de un religioso encontramos una huerta”.



A KÚNLÉ A YAM ÈDÁ

A DÁYÉ TÁN OJÚ NÍKÁN NI

Nosotros elegimos nuestros destinos en el cielo ( bajo a supervisión de nuestros ancestros) Pero cuando llegamos a la Tierra

Nosotros llegamos a ser impacientes

Las diferentes adivinaciones de los Yorubas son conocidas a través de diferentes nombres, entre estos encontramos a ÀYÀNMO (elección) ó IPÍN (destino adicionado) ó KÁDÀRA (la adivinación para el hombre) ó ÌPÓRI ( la cámara de la cabeza).....

ORI ( dentro de la cabeza ) es el símbolo de la libre elección de la CABEZA, y que según los yorubas cada uno recibe en el cielo. El destino y la magnitud de los sucesos que le ocurren a una persona en la tierra van ligados a la cabeza y a su vez al tipo de cabeza que él eligió en el cielo.

Esta creencia de los yorubas la podemos ver y entender a su vez en los dichos de ellos, esto que decimos ocurre en el siguiente verso:

ENI T´O GBÓN ORI È L´Ó NÍ Ó GBÓN ÈÈYAN TI Ó GBÓN

ORÍI RÈ L´Ó NÍ Ó GÓ J´USU LO El que es prudente

Hace cosas prudentes por su Ori

El que no es prudente

No hace más que insensatezes, como una pieza de YAM para su Ori.

En otro verso encontramos lo siguiente:

ÈÈYÒN Ò FÉ K´Á RERÙ K´Á SÓ

ORÍ ENI NÍ I SO NI

liberado de sus cargas

Las cargas de un hombre las alivió su Orí.

Los Yorubas estiman que ORI es uno de los dioses de su panteón, mas aún, quizás de los más importantes pues para ellos se puede caracterizar de cierto puesto que Ori es un dios de todos. Aunque algunas personas tienen más devoción a Ori dado que está mucho más conectado con los problemas personales de cada persona que el resto de los Orisas que son para todos los hombres. Dado que Ori es un dios culto y apropiado para cada yoruba, aquí tenemos algunas referencias de la apropiación de Ori en ESE IFA, por ejemplo de lo dicho anteriormente tenemos:

WÓN NÍ K´ÍYÁNDÁ ÓRÚBO

K´Ó SÌ BÒRÍ ARAA RÈ

Iyanda pregunto para hacer un sacrificio

Apropiado para su Ori.

WÓN NÍ BÍ MO BÉ DELE

KI N WEWÓ ÒGÁÀ MI NÚ TÉNÍNTÉNÍ

N W´ÀPÓ ÀGBÌVÀ ÒGÁÁ MI NÚ TÉNÍNTÉNÍ

N P´ADIE ÒKÒKÓ BORÍÌ MI ÀPÉRÉ

Yo pregunte que hacer cuando llegara a casa

Yo debia lavar cuidadosamente los palmiches sagrados

Yo debía lavar mi bolsa de adivinación persistentemente

Y ofrecer una gallina en sacrifico a mi Ori.

Orunmila quien es realmente el comunicador de los deseos de los dioses. Un intermediario también para Orí, quien lo denomina ELÉRÍ ÌPÍN ( testigo de la elección del destino de cada hombre). Esto que dice ORI es debido a que Orunmila está presente en el cielo cuando cada hombre elige su destino y así Orunmila a través de Ifá comunica a cada persona en la tierra los deseos de su Ori.

Todos los destinos de las personas han sido decididos en el cielo, esto está considerado vital para la consulta del sistema de Ifa, para así poder saber los favores o no favores que cada Ori da a su persona, siendo su Ori capaz de allanar el camino. Por esto el sistema de adivinación de IFA es un factor importantísimo en la vida de los yorubas. Hablando claro podemos decir que una persona cuado se consulta está escuchando todos los deseos e su Ori y de otros dioses, comunicando los sacrificios o soluciones pertinentes. La función de los dioses es la de ayudar a ORI par que este guie a cada persona en el destino de su vida. Cuando un hombre rechaza a su ORI este no puede ser cambiado por otro, ni ayudado por los dioses ya que estos también tienen su propio ORI el cual los dirige en su vida diaria. Por ejemplo de esto que halamos lo tenemos en un ESE IFA donde el propio Orunmila se consulta para conocer los deseos de su ORI. En el siguiente pasaje de ESE IFA encontramos:

IKÚ ÀRÙN ÒFÒ ÈGBÀ ÈSE

GBOGBO WON NÍ NYÓ ÒRÚNMÍLÀÁ WÓ

WÓN NWÍ PÉ OJO KAN

NI ÀWON Ó PA Á

NI ÒRÚNMÍLÀÁ BÁ GBÉ ÒKÉ ÌPÒRÍI RÈ KALÈ

Muerte, enfermedad, pérdida, parálisis y maldad

Todos nosotros comenzando en Orunmila

Ellos dicen que un día

Ellos le mataron

Orunmila, después se sentó frente a sus instrumentos de adivinación listos para consultar a su ORI.

NRÌKAN LÓ DÉRÙBA ORÚNMÍLÀ

LÓ BÁ WÁLÉ

Ó BI ÒKÈ ÌPÒRÍI RÉ LEERÉ WÒ

Algo espantó a Orunmila

El se fue a casa

Y consulto a su IPORI sobre esto.

por:Ifabile

Ori la existencia individual

ORI

El concepto Yoruba de la existencia tiene como parte fundamental el proceso por lo cual cada ser humano pasa antes de dejar el Òrun para después transitar en el mundo material, entre ellos los mas importantes son:

Àyánmo (Que representa el proceso de elección), Ìpin (El destino elegido), Kádàra (El vaticinio o la orientación en el camino), Ìpònri (la fuente de ligación con la esencia), y Ori (la esencia individualizada de la existencia), lo cual marcan en conjunto los sucesos por lo cual cada uno de nosotros tendremos en el Aiyé, de lo cual todos son elegidos por uno mismo ante la presencia de Baba Ajàlá Mòpín. Este conjunto es llamado de Akùnléyàn.

Para nosotros los tradicionalistas no existe la idea que un hombre sea malo, que una persona sea perversa, lo que se entiende es que aquel que no queda alineado con sus decisiones en el Òrun, pasa por desequilibrios, psíquicos, mentales, espirituales que lo afectan en todo su proceso vital.

Ori es uno de los Orisà mas importantes del panteón yoruba, y el único que tiene ligación directa con la individualidad del ser, su culto nos lleva de una forma a la devoción del propio Creador, ya que todo lo que existe en el Aiyé fue llevado desde el Òrun donde allá ya existía (animales, plantas, minerales etc...) pero nosotros fuimos creados para cohabitar en el Aiyé a través de la propia esencia de Olodunmarè (Èmí).

Baba Orunmilà es quién esta junto a Ajalá mòpín en el preciso momento en que cada ser humano elije su destino es por ese motivo que el carga el titulo de Èlérìí Ìpín (testigo del destino), siendo que a través de él nosotros podemos saber cuales son las necesidades que tenemos para alinearnos a nuestro Òri. Es por eso que dentro de la cultura yoruba Ifá tiene tanta importancia, ya que es através del Dàfá (registro oracular) que se llega a apurar que tipos de ofrendas, ceremonias o rituales deben ser hechas para establecer un punto de alineamiento con nuestro destino personal, en el Dàfá tanto Orunmilà como los demás Irùnmòlé colaboran de forma directa con Ori en la búsqueda de que el hombre este en total equilibrio con el.

Es muy importante saber que el destino elegido nunca puede ser cambiado en su totalidad, ya que existen factores que jamás el ser humano podrá deshacerse y tampoco un Orisá lo podrá transformar lo que fue inserido en el destino por Ajàlá mòpín, es por eso que la búsqueda del verdadero camino elegido es muy importante ya que aquel que viva en contra de su propia esencia encontrará en su vida conflictos y choques constantes con su propio yo interior, siendo que el primer paso es escuchar y tratar de mantenerse efectivo en las orientaciones que da Òri a través de Ifá, el segundo paso es entender los motivos y hacer cargo de las responsabilidades, actitudes y acciones que deben ser cambiadas para que exista realmente una transformación en la vida del individuo, y tercero comprender la importancia de los Ebó que fueron prescritos para solucionar lo que en la parte espiritual esta fuera del alcance humano y solamente las deidades pueden restaurar. Existen puntos de nuestro destino que pueden ser alterados en la búsqueda del equilibrio y del encuentro con nuestra verdadera esencia, este proceso es conocido como Akùnlégbá, y lo que nos da la posibilidad de tener en nuestro poder el libre albedrío, siendo que este tiene los limites que fueron elegidos junto a Akùnléyàn.

Conocer a Òri es reconocer nuestra propia existencia, nuestra devoción a Olodunmarè es hecha a través de Òri dentro del gran contexto que el representa en nuestras vidas, cuanto más se pueda entender a Òri mas entenderemos los motivos y las razones del porque estamos aquí y principalmente establecer en nuestras vidas la verdadera vocación que hemos elegido en nuestro destino.



Ori mi ye o já já fun mi¡¡¡

¿Qué queremos decir con religiones tradicionales Africanas?



¿Cuáles son los rasgos más significativos, que posiblemente sean diferentes a los de algunas de las religiones más conocidas en el mundo, tales como el Judaísmo, Cristianismo, Islam, Budismo e Hinduismo?

Cada religión, llámese tradicional o no, tiene cuatro aspectos principales:

1. Tiene un texto sagrado, esté o no, escrito.

2. Cada religión tiene una iconografía, aún el Islam, basada en iconografía figurativa.

3. Cada religión tiene sus rituales.

4. Su filosofía o manera de ver el mundo, donde se conjugan los cuatro aspectos anteriores de manera coherente y lógica.

En estas cuatro áreas, las religiones Africanas han sido asediadas durante siglos. Por ejemplo, no hay religión alguna que no crea en un Dios supremo, excepto el Budismo, en donde la idea de un Dios supremo no es muy concreta. El resto de las religiones, en su mayoría, tienen la idea de un Dios supremo.

En toda África, los indígenas, creen en su propio Dios. Entre los Yorùbá, es Olódùmare u Olórun. En la mayoría de las religiones Africanas, existe un Dios supremo, quien comparte muchas de sus funciones con algunas otras divinidades. El Dios más importante en muchas de las sociedades Africanas no siempre tiene una correspondencia con el Dios Cristiano o con Allah del Islam. En algunos casos, específicamente entre los Yorùbás, hay algunas divinidades que no fueron creadas por el Dios principal, así que lo que encontramos es una especie de monoteísmo parcial y no total.

El pensamiento de las personas, es el espejo de su organización social. Esto nos deja una duda acerca de si Dios nos creó, o nosotros creamos a Dios. Por ejemplo, el Dios principal Yorùbá, creó a Òrun (cielo). Pero las divinidades crearon a Aiyé (tierra). Después de que la tierra fue creada por las divinidades que bajaron por una cadena de hierro, apareció la vegetación. Los animales también fueron bajados de Òrun y los humanos fueron creados por las divinidades, o quizá por el esfuerzo unido de estas y Olódùmarè, el Dios principal.

Obàtálá, moldeó en barro, de un esqueleto de hierro que le dio Ògún (divinidad del hierro), al humano. Y fue Olódùmarè, quien lo proveyó de aliento vital, yendo después al almacén donde Obàtálá tenía moldes de humanos hechos en barro y sopló a través de sus fosas nasales, el aliento de la vida (Èmí).

Para el yorùbá y algunas personas de África Occidental, el alma es conocida como Èmí, hija de Olódùmarè y sólo cuando ésta retira a su hija del cuerpo de un humano viviente, se produce la muerte. Por definición, una persona está muerta cuando Èmí deja el cuerpo. Si alguna vez usted puede estar cerca de una persona a punto de morir, podrá escuchar el sonido de la muerte en el momento en que Èmí deja el cuerpo.

Olódùmarè, no es como el Dios Cristiano, que todo lo creó. Olódùmarè, comparte sus funciones con algunas otras divinidades. Después de que la tierra se creó, el mundo vegetal apareció, los animales y los humanos fueron creados. Las mismas divinidades descendieron de Òkèàrà, una montaña cerca de Ilé-Ifè, para después de terminar su misión, convertirse en fuerzas naturales. Muchas de ellas, ahora habitan en la corteza de la tierra, o se han manifestado como ríos, montañas o lagos, en algunos casos como árboles o metales como el hierro. Todos los ríos de la tierra yorùbá son divinidades, al igual que los montes, montañas y son honrados por los humanos. La misma tierra es sagrada y al decir verdad, también es una divinidad. Así, existen dos cielos: Uno arriba, de donde bajaron las divinidades para empezarlo todo aquí y otro abajo, escogido por las divinidades para su descanso final y adonde van los ancestros. Cuando la gente muere, no es enterrada en el cielo, sino debajo de la tierra.

Quizá por falta de conocimiento sobre las religiones africanas, el tema del monoteísmo se ha convertido en un tema controvertido. Ha sido común para muchos Cristianos e Islámicos en África, decir que los Africanos no creen en un solo Dios. Esto se debe en parte a que han visto a la gente venerando diariamente a las divinidades más cercanas a ellos que a Olódùmarè. Por ejemplo, Olódùmarè, el Dios principal y que habita en Òrun, no tiene literatura propia, nadie le ofrece sacrificios ni existen iconos o imágenes que lo representen.

Examinemos otras ideas yorùbás acerca del universo. El cosmos yorùbá, está dividido en dos mitades. La derecha está habitada por las fuerzas benévolas y la parte izquierda está habitada por las fuerzas malignas conocidas como Ajogun. Es a las primeras a las que yo me he referido. Las malignas tienen ocho guerreros importantes que son: Ikú (muerte), Àrùn (enfermedad), Òfò (pérdida), Ègbà (parálisis), Òràn (problemas), Èpè (maldición), Èwòn (prisión, que se ha convertido más o menos en una fuerza sobrenatural en algunas sociedades contemporáneas) y la última es Èse (el resto de males no mencionados) por ejemplo, un dolor de estómago es un Ajogun al igual que la lepra o el dolor de cabeza. Estas fuerzas en total son 200+1. Los Òrìsà, o divinidades benévolas, que habitan el lado derecho, son 400+1 (el +1 deja la posibilidad de aumentar el número de divinidades en ambos lados). Es por eso que existen nuevas divinidades o enfermedades nuevas tales como el SIDA.

¿Qué es la Religión Tradicional Yoruba?

Son las creencias y prácticas religiosas originales del pueblo yoruba del noroeste del continente africano en lo que actualmente conocemos como Nigeria, parte de Togo, Ghana y Benín.

"Tradicional" porque al desenvolverse en su medio original, conserva los fundamentos de su filosofía y liturgia tal cual fueron " revelados" por los Orisa luego de la creación de la Tierra. Es decir que ha mantenido su pureza a través del tiempo y se mantiene vigente actualmente en África a pesar del cristianismo y el Islam.

En la actualidad no todos los yoruba practican la religión tradicional de su pueblo, muchos son cristianos o musulmanes mientras otros si mantienen y practican la fe de sus antepasados. La lengua yoruba es quizás la lengua africana más difundida y existen muchos libros y publicaciones en este idioma. En el pasado los yoruba formaron uno de los Imperios más grandes del África Occidental, cuya capital socio-política era el estado de Oyo y espiritual la ciudad de Ile-Ife. Muchas otras ciudades más o menos importantes eran parte del Imperio, como Ijesa, Osogbo, Ire, Ibadan entre otras. De muchas de estas ciudades surgieron los cultos de Orisa como Osun, Sango, Ogun, Osanla, etc. Algunos Orisa eran patronos de las ciudades, obteniendo así un lugar destacado entre los otros Orisa en sus celebraciones y la simpatía general de esos lugares.

La religión yoruba se fundamenta en la creencia de un ser o Dios Supremo llamado OlorunOlodumare que es el responsable por la creación de los seres humanos, todas las criaturas vivientes, así como también del Universo. La creencia en las divinidades primordiales Ifa, Ogun, Obatala, Esu que acompañan a Olodumare desde siempre y de otros Orisa creados posteriormente, que actúan a través de los designios del Ser Supremo como sus intermediarios.

Estos seres espirituales (Orisa) generalmente son accesibles, protectores y bondadosos. Olodumare deposito en ellos parte de su propio "poder espiritual" conocido como "ase", para que pudieran ejercerlo sobre el mundo, y así administrarlo en su nombre.

La creencia en la vida después de la muerte, como "Egungun" o ancestros a los cuales les sigue importando el bienestar de sus descendientes y que desde el mundo espiritual ejercen importante influencia sobre los vivos.

Estos ancestros son cultuados a través de recordatorios, ofrendas de comida y bebida y del respeto y aprendizaje de los conocimientos legados de una a otra generación.

El respeto por los padres y personas mayores.

La creencia en el espíritu de "comunidad", las acciones solidarias y mutuas.

La valoración y cuidado de los hijos de hermanos como los propios; el concepto de familia extendida y de lazos familiares creados por la práctica religiosa en una misma casa de culto o "Ile ase". De esta manera muchas personas que no tienen familiares de sangre directos, encuentran nuevos lazos afectivos y espirituales con padres, hermanos, tíos y demás familia adquirida por la práctica religiosa en común.

El respeto por otras creencias o prácticas religiosas; la ausencia de todo tipo de proselitismo.

La creencia en la Tierra como Orisa, y por lo tanto su carácter sagrado.

Creencia en la adivinación, la cual posee carácter sagrado y sirve de guía espiritual en situaciones cotidianas o importantes.

El "sacrificio" como practica estrictamente religiosa y central que trae alivio, paz y equilibra las fuerzas que controlan el universo, que abarca desde ofrendas de comidas, bebidas, frutas, telas; hasta animales.

OLUFON PONDA IJUMU



CONCEPTOS DE BABA WandeAbimbolá



Concepto del Sacrificio:

El cosmos Yorùbá, está dividido en dos mitades. La derecha está habitada por las fuerzas benévolas y la parte izquierda está habitada por las fuerzas malignas conocidas como Ajogún. Las malignas tienen ocho guerreros importantes que son: Ikú (muerte), Àrùn (enfermedad), Òfò (pérdida), Ègbà (parálisis),Òràn (problemas), Èpè (maldición), Èwòn (prisión, que se ha convertido más o menos en una fuerza sobrenatural en algunas sociedades contemporáneas) y la última es Èse (el resto de males no mencionados); por ejemplo, un dolor de estómago es un Ajogún al igual que la lepra o el dolor de cabeza.

Estas fuerzas en total son 200+1. Los Òrìsà, o divinidades benévolas, que habitan el lado derecho, son 400+1 (el +1 deja la posibilidad de aumentar el número de divinidades en ambos lados). Es por eso que existen nuevas divinidades o enfermedades nuevas tales como el SIDA. Cuando los africanos entran en contacto con nuevas religiones, tienden a adaptarlas. Es por esto que el cosmos Yorùbá es un muy elástico y sobre poblado alfabeto místico.



¿Cómo es posible entonces que las fuerzas benévolas y malignas cohabiten en el universo?

El punto es, que no existe una relación pacífica entre estas dos fuerzas. Siempre existe el conflicto. Las fuerzas del mal, están siempre luchando contra los humanos. Por eso es que en nuestra parte del cosmos, siempre existe el conflicto. Los conflictos siempre están a la orden del día, no así la paz. Cualquier cosa que se haga involucra una clase de conflicto. Cuando se desayuna, come o cena, no únicamente se crea un conflicto sino que además posiblemente tuvo que ver con la muerte de algunas cosas en el universo. Cuando sale de su auto, pudo haber matado algunos insectos, plantas y otros microorganismos.



¿Cómo es que nosotros podremos tener paz en nuestro lado del cosmos?

Para la mayoría de los africanos, los sacrificios se realizan con el fin de lograr que trabajen para nosotros teniendo, como resultado, paz. Los sacrificios deben involucrar a todas las fuerzas, tanto malignas como benévolas, así como a los humanos. El sacrificio, es la manera de comunicarse con las fuerzas sobrenaturales, para hacerles presentes nuestros problemas. Una vez que los sacrificios han sido aceptados o recibidos, todas las fuerzas están comprometidas a trabajar para los humanos y así lograr resolver los problemas y lograr la paz.

Los Yorùbá utilizan con frecuencia pollos para sus sacrificios.



¿Por qué es esto?

El pollo, acompañó a las divinidades en su viaje del cielo a la tierra. El pollo fue quien aflojó el abono, para ser traído desde el cielo por las divinidades y así, ser esparcido, en forma acuosa, por todo el mundo, antes de que la tierra apareciera. El pollo fue el primer habitante de la tierra, es por eso que para ellos no hay problema en resolver el acertijo que dice: ¿Qué fue primero el huevo o la gallina?

El hombre tiene la tendencia de hacer uso diario de las cosas que le dan buenos resultados. Un buen ejemplo son el caballo y el camello. Por eso, cuando quiere enviar mensajes al cielo, hace uso del pollo porque recuerda que fue él quien acompañó a las divinidades en su viaje a la tierra y es un conocedor tanto del cielo como de la tierra, y por lo tanto un buen intermediario.

El sacrificio ha sido motivo de controversia entre muchos estudiosos, sin mencionar a miles de evangelistas que siguen activos en África. El sacrificio Africano ha sido mal entendido. Para Yorùbá, representa la manera de reorganizar el universo a favor de los humanos. Los africanos piensan que hablar no es suficiente para comunicarse con los seres sobrenaturales.



¿Cómo podemos estar seguros de que Olódùmarè entiende nuestro lenguaje o el de todo el mundo?, ¿Cómo es que los animales, que no hablan, pueden comunicarse con Olódùmarè?

Piense en las hormigas, si Ud. pone un poco de miel en la mesa, al día siguiente encontrará hormigas. Su sentido del olfato está mucho más desarrollado que el nuestro. Es por esta razón que no debemos pensar que somos todo y lo demás es nada. Muchas personas ni siquiera pueden oler la sal o el azúcar. Por eso es que los rezos o el habla no son suficientes para comunicarse con las deidades. Cuando se lleva a cabo un sacrificio y es dedicado a la divinidad que indicada, una divinidad juguetona que comparte conocimientos de ambos lados del universo, tanto derecha como izquierda, se encarga de reportarle a Olódùmarè todo lo que pasa. Esta divinidad se llama Èsú, es buena pero las 200+1 deidades malévolas también son sus hijas.

Como puede ver, es difícil comunicarse directamente con el dios Africano. No es como en las otras religiones donde el contacto con el dios principal es directo. Además, Olódùmarècreó ambas fuerzas, el bien y el mal. Les dio Àse (energía vital) a cada lado. Nos podemos preguntar porque lo hizo. Porque sabe que un problema siempre tiene dos lados o versiones. Cuando se habla del bien se debe presuponer que también existe un mal, porque no puede existir el bien sin el mal.

Por ejemplo, si alguien enferma y a través de un medio, se le pide un sacrificio, este debe ser no sólo para las divinidades del lado derecho sino también para las del lado izquierdo. El hombre no ofrece el sacrificio a las fuerzas de la derecha, sino a sus divinidades en la izquierda. Pero Èsú, que comparte elementos de ambos lados, es quien recibe el sacrificio y lo comparte con ambos lados, así, todos contentos. Èsú le ordenará a las fuerzas de la izquierda, que se alejen de la persona afligida. Así, es como se logra la paz, al menos temporalmente, porque mañana será otro día. Es por esto que los sacrificios deben ser ofrecidos constantemente.

Esta manera de ver la vida difícil de entender, sobre todo en Europa y América. Pero es ésta una forma interesante de ver la vida, porque implica que cada uno de nosotros es, en cierta medida, responsable de lograr prosperidad. Así que si se quiere mejorar, hay que ofrecer sacrificios. La paz y la tranquilidad no son puestas como alfombra roja frente a nadie, debe ser buscada. Sea lo que sea, que se pueda quitar o poner, para lograr que el universo sea reordenado a su favor, tendrá que ser por medio del sacrificio.

Este puede no ser con sangre o comida, sino a través de acciones. Por ejemplo, cuando una viuda ofrece limpiar el trono de Ifá cada cuatro días, bailar y cantar ahí mismo, está ofreciendo un sacrificio. La idea Yorùbá sobre el sacrificio, es una importante contribución africana al pensamiento religioso, pero regularmente es mal entendido.



El sentido del sacrificio en Ifá



No existe un odù de Ifá en donde no se destaque la importancia del sacrificio (Ebo) en el proceso de transformación. Sacrificar, es hacer algo sagrado u oficiar en lo sagrado, y en ambos sentidos nos remite a la idea de transformar algo profano en sagrado o actuar de acuerdo al rito o al orden de la Sabiduría de la Naturaleza. También podríamos inferir que sacrificar es enderezar nuestro destino que se ha torcido o restituir a su origen o estado primordial aquello que se ha degenerado o corrompido.

No existe palabra en español para traducir del yorùbá ritual la palabra Ebo. Las más aproximadas a su referente son Sacrificio u Ofrenda.

Pero partiendo desde el punto de vista tradicional, podemos apoyarnos en algunos maestros ya conocidos para traducir a nuestros estudiantes el espíritu que está contenido en la palabra Ebo.

El verbo yorùbá Bo significa Adorar o Venerar; y tiene la misma raíz consonante que el verbo Bó, que significa Alimentar o Dar de Comer. Así que decir: "Bo Òrísà" significa "Hacer sacrificios a una divinidad " o "Adorar a una divinidad”. Muy distinto a decir "Bó eran", que sería "Dar de comer carne”. En sentido ritual, el acto del sacrificio es ofrendar comida a las divinidades. Decir "Rú'bo" es "Ofrecer Sacrificio”.

Ifá, en el sagrado Odù de Ose'Tura, establece uno de los principios fundamentales en la Naturaleza: el intercambio es la expresión más generalizada en las relaciones entre los hombres; entre el hombre y la Divinidad; entre el hombre y los ancestros; entre el hombre y la Naturaleza; entre el cielo y la tierra; entre los sistemas que existen en el cosmos; entre los minerales, plantas, animales; entre los mundos visibles e invisibles.

Entre todo lo que existe en el universo, ya sea visible o invisible, existe el intercambio, bien sea consciente o inconsciente, voluntario o involuntario, de manera sutil o manifiesta. Èsù, el Mensajero Divino, es el regulador de este intercambio, de esta dinámica que adquiere distintas modalidades de expresión, según sea la dimensión en la que se manifieste, sea física, emocional, intelectual o espiritual. Sería largo y fastidioso enumerar. Podemos circunscribirnos al intercambio de tipo espiritual, al que ocurre entre los hombres y las divinidades.

Desde la noche de los tiempos, cuando el hombre contempló la naturaleza concibió la idea de la existencia de seres más poderosos que él, al mismo tiempo buscó la forma de llegar hasta ellos, de entrar en contacto con ellos y recibir sus bendiciones. Esta primera motivación echó a andar una concepción religiosa que es la misma en todas las tradiciones espirituales de la humanidad y que encierra en sí lo religioso y lo espiritual a la vez.

Hay un principio común en todas las tradiciones espirituales que conoce el hombre, desde el Brahmán Hindú, el místico Sufí, el Santo Taoísta, el mártir cristiano, el Rabí hebreo o el Babaláwo de Ifá, y este es: Todo es sacrificio porque todo es intercambio.

En el mito de creación, Ifá nos enseña que Èsù recibió de Olódùmarè la virtud de regular el intercambio en todos los sentidos. Una vez que Obàtálá hizo habitable la Tierra, creó a los hombres y otros bienes, se retiró a su morada en el Cielo, pero Olókun, la divinidad de los Océanos, decidió inundar de nuevo la Tierra, lo cual causó muchos estragos y desastres a los hombres.

Llenos de muerte, dolor y sufrimiento, los hombres invocaron a Obàtálá, pero éste no los escuchaba. Entonces se dirigieron a Èsú, quien vivía en la Tierra. Le rogaron que llevara su plegaria a Obàtálá, Èsù les preguntó: "¿Dónde está el ebo (el sacrificio) que debería acompañar a este mensaje? ", y los hombres respondieron: "Esta es la comida de Obàtálá”. Pero Èsù no se movió. Ellos se extrañaron y dijeron: "Nosotros no entendemos, ya te entregamos la ofrenda para Obàtálá ", y Èsù les respondió: "Ustedes me han pedido que haga un gran viaje, y que lleve un mensaje y un sacrificio, pero ninguno le ha hecho una ofrenda al más humilde mensajero. Denme mi parte, entonces iré”.

Este mito originario de la tradición espiritual de Ifá nos enseña el principio del intercambio, que luego queda establecido en el odùOse'Turá.

Baba ha establecido que el ritual del Ebo en la tradición de Ifá encierra varios pasos, todos comunes a otras tradiciones, excepto el último, que tiene que ver con la adivinación. "Cuando un sacrificio es realizado, la adivinación es requerida para determinar si el ritual tuvo el efecto deseado. Si la ofrenda es comida o un ave, el oráculo del obiagbón es suficiente. Si la ofrenda es un animal de cuatro patas, se requiere del oráculo del Òpèlè o cadena adivinatoria o el oráculo de las nueces sagradas (ikinIfá) para determinar un nuevo signo u odù que nos permita conocer las consecuencias del sacrificio.

Usualmente, el sacrificio de animales de cuatro patas ocurre cuando el problema a resolver requiere la asistencia de una comunidad o colectivo. A menos de que el animal sacrificado sea para absorber una enfermedad o negatividad, debe estar destinado a alimentar, a través de un festín, a dicha comunidad”.



ENTRE FUERZAS POSITIVAS Y NEGATIVAS

Para el pueblo Yorubá los poderes sobrenaturales están divididos en dos tipos, los positivos y los negativos. Los poderes positivos a su vez están divididos en dos, uno son los Orisás y los otros los ancestros (Orún).

Los poderes positivos ayudan y guían al hombre en su vida diaria, estos incluso pueden llegar a estar molestos con los hombres si estos descuidan sus deberes tanto hacia otros hombres como hacia los propios poderes sobrenaturales. A través de Òrúnmìlà tanto los Orisás como los ancestros nos comunican: cómo? Y por qué? (la razón) del enfado o molestias que estos tienen con los hombres.

Cuando ellos están “enfadados” siempre podremos reconciliarnos con el correspondiente sacrificio. Generalmente podemos decir que tanto los Orisás como los ancestros no trabajan en contra de los hombres sino que estos miran por los intereses de los mismos y son estimados y considerados como amigos, protegiéndonos de los poderes sobrenaturales negativos.

Así como los poderes positivos se dividen en dos lo mismo ocurre con los negativos, en los cuales encontramos dos tipos los cuales son denominados Ajogún (poderes belicosos enemigos del hombre) y Eniyan o Eleye (denominados comúnmente brujas).

Así como los poderes positivos trabajan a favor de los hombres, los poderes negativos juegan el papel inverso parando temporalmente la realización del destino del ser humano.

El Ajogún más importante que podemos encontrar es iku (muerte) quien es responsable de poner fin a la vida del hombre, a continuación encontramos a Arun (enfermedad) quien es responsable de las desgracias y enfermedades del hombre, también aparece Egba (invalidez), quien trae la parálisis al hombre y por último Ofu (pérdida) quien destruye o se lleva la prosperidad fuera de la vida del hombre.

Estos Ajogún trabajan en contra de todos y cada uno de los intereses del hombre a todas horas y continuamente, sin embargo los Ajogun pueden ser reconciliados con sacrificios.

Los Eniyan los cuales son conocidos también como hemos dicho anteriormente como Eleye (pájaros) debido a que ellos creen ser capaces de asumir la forma de un pájaro siempre que ellos necesiten trabajar en contra de los intereses del hombre. (Esto quedará demostrado en otro capítulo de Orí). Los Eniyan no tienen otro propósito que el de destruir a los hombres y sus propiedades, ante esto podríamos decir que son enemigos constantes del hombre. Triste es decir que contra los Eniyan apenas hay cosas para defenderse, un sacrificio apenas puede ayudarnos cuando ellos están listos para herir. Un hombre tiene y esto es muy cierto, y quizás lo más efectivo en contra de los Eniyan su Orí.

Existe la creencia de que los hombres tienen dentro de los poderes negativos amigos y enemigos y esto es debido a los conflictos desarrollados en el pasado y en el pasado y en el presente por estos. Este conflicto existente es causado por el encuentro de los intereses desarrollados entre los poderes positivos y los poderes negativos en cuanto a lo que podríamos llamar la regulación de las relaciones del hombre.

Los conflictos existentes entre los poderes positivos y los negativos los encontraremos en algunos Esé Ifá.

Siendo también la traviesa figura de Esú que aparece muchas veces entre los poderes positivos y los negativos.

Este Ese Ifá nos habla de cómo Òrúnmìlá es descripto como un protector de quien es su devoto. Así mismo este Ese Ifá es igualmente una oración que puede ser hecha a Òrúnmìlà implorándole que nos defienda del mal.

En otra cita encontramos mucho más acentuado el hecho que nadie puede contar ni hablar acerca de quien ha elegido un buen o mal Orí. La condición o medida de una mala cabeza puede no ser diferente a la de una buena. El tipo de Ori que elige una persona en particular solo lo sabe él mismo, así ocurre con cada uno de los seres humanos. En esta decisión se encuentra como único testigo Òrúnmìlà, en el acto de decidir nuestro destino y acorde al tipo de Ori que eligió en su momento, es de aquí de donde parte la necesidad de cada persona de consultar a Òrúnmìlà desde el inicio de los tiempos.

Ori burúkú kì í tulu

Una mala cabeza no crece

A kì í dá esè asiwèrèé mò lójú-ònà

Nadie conoce la huella de un mal hombre en el camino

A kì í m’orí olóyè láwùjo

Nadie puede distinguir la cabeza destinada a llevar corona en una asamblea

A dífá fún móbówú

La adivinación de Ifá fue hecha para móbówú

Ti í se obìnrin ògún

La que era esposa de Ogún

Ori ti ó joba lóla

La cabeza que vendría mañana

Enìkan ò mò

Pero nadie lo sabía

Kí toko-tay ó mó pe’raa won ní wèrè mó

Marido y esposa fueron llamados por sus nombres

Ori ti ó joba lóla

La cabeza que vendría mañana

Enìkan ò mò

Pero nadie lo sabía



La Religión Tradicional Africana y su visión de la muerte



Iku (la muerte) es común a todas las personas no posee distinciones entre rico y pobres.

Existen varios Itán o leyendas que habla de la esta concepción yoruba

Los yorubas creen en un Dios Supremo llamado Olorum siendo el Babalawo quien se comunica con el, por medio del panteón de Orisas.

Entre Olodumare y el hombre se encuentran los Orisas, a quienes el hombre por su intermedio y ofrendas a ellos se comunica con Olodumare.

Por varios medios de interpretación esa comunicación se realiza por el Juego de Ifa, Buzios, Caracoles, Piedras o simplemente semillas o piedras.

En la idea cósmica entre los yorubas podemos ejemplificar con tres círculos uno arriba de otro, interrelacionados entre si.

El primero significa el Orun.

El segundo el Aiye

El tercero el Ile.

Cuando morimos vamos al Orun, cuando llegados allá se abren dos caminos; si la persona fue respetuosa de la tradición de los Orisas en su vida, siendo disciplinada esa persona pasara con sus ancestros siendo su nombre en yoruba OMULAUBI y si fuere por el contrario será rechazado del Orun siendo su nombre ENIBI (el que no cumplió con los preceptos) descendiendo al Ile convirtiéndose en uno de los siete espíritus llamados:

IKU: LA MUERTE

EWON: EGOISMO

OFO: FALTO DE FORTUNA

OFUN: EL PERDIDO O EL ABANDONO

EPE: EL ODIO O LA MALDICION

ORUN: LA PESTE O LA ENFERMEDAD

EGBA: LA PARALISIS O PEREZA



La filosofía por medio de los Odu o Proverbios dice

“Ajala moldeo la cabeza y puso el torso al hombre y lo envió a la tierra, justo cuando la cabeza y el torso iba a partir se encontró con Orunmila, a quien Orun dijo de ir a la tierra al mercado, realiza todo lo que tienes que hacer para después regresar.

"Para la concepción yoruba, la vida es como el mercado, venta y compra de mercaderías hasta el final del día y luego regresa a su casa (Omuluabi, vuelve a casa)

Que hacemos; un chico nace, crece y aprende un oficio, como aprendió el oficio, que realiza su trabajo, que imagen realizo y dejo de su vida, su Orisa mejoro su vida exploto a otros, o vivió con lo que tenia, roba para pagar sus cosas

Si la persona cumplió con sus tareas y con sus Orisas se convierte en Omuluabi.

Los pensamiento filosóficos yorubas dicen estamos en el mercado cuando uno se establece al fin del día el sol bajan, empaquetan sus cosas y vuelven a casa, el hombre y la mujer vuelven a casa.

Según la tradición los niños no pueden anunciar esta muerte, ellos avisan al Consejo de los Mayores quienes avisan al el pueblo y reúnen los elementos necesarios para el ritual quien realiza este ritual es el BABA-YALO-OSORUN, o Jefe de los Entierros, una vez que la muerte fue anunciada el consejo se hace cargo de los rituales necesarios para acompañar al Orisa de la persona.

Los rituales dependen de la jerarquía de la persona ya que de ser una persona consagrada el ritual lo realizan 16 Babalawos.

Su asé se entierra junto con el, guardando luto por el tiempo de cuarenta días.

Luego de esto el día cuarenta y uno sale de su luto y por un año no sale a la calle con colores vivos, ni en el mismo plazo puede ir a reuniones sociales.

En ese día se realiza un ritual al lado de entierro y al año se vuelve a realizar.

En África es común que el cuerpo sea enterrado en la misma vivienda, más hoy esa costumbre se va erradicando

Cuando muere un rey el anuncio se realiza trece días después o en algunos lugares siete, y una de los avisos simbólicos o señales es que frente al palacio los árboles plantados, los sirvientes los cortan a todos, el consejo de Ogboni, se ocupa de las pertenencias del fallecido.

La esposa debe permanecer un año en reclusión y luego del año se le dará un departamento dentro del palacio cuidara de la familia del anterior rey y simbólicamente pasara ser del mismo rey.

De sus bienes materiales se encarga el hijo más viejo y luego del año es compartido por los familiares la cultura yoruba no existe el testamento escrito y si la trasmisión al más viejo quien es el encargado de repartir la casa

El ritual se denomina ERESSUM/ISINKU (ritual de Muerto) a los siete días se libera el Orisa Esu y a los 14 se realiza lo que el espíritu va a ser EMI (juzgado).

En la tradición no se despachan los Orisas de la persona si no que se legan, según la opinión del Consejo de los Mayores.

Otros de los Itán o Leyendas dice:" Que IKU (La Muerte) recoge todo de la tierra, para que Osala pueda moldear un cuerpo físico para el hombre; en cuanto Iku retira el lodo de la tierra, esta lanza un grito desgarrador y comienza a llora se forman con sus lagrimas ríos y mares.

Osala nota con desesperación, que si la tierra continua llorando todo el planeta se inundaría despareciendo bajo las aguas, entonces resuelve: que el hombre deberá vivir un lapso de tiempo variable de acuerdo a su necesidad, luego Iku lo ira a buscar, y con su cuerpo ya muerto, tapará la sangrante herida y de ese modo resolverá el problema"

Otros de los interesantes Itán se refiere a la creación y dice:" cuando la existencia aún no estaba dinamizada, no poseía Asé, las plantas no se multiplicaban ni morían, tampoco el hombre, aburridos de vivir así el hombre y la mujer solicitan a Osala que les permitan procrear.

Este a través de Esu, trasmite el asé a la tierra y entonces todo se dinamiza el hombre loco de contento con la gracia recibida, corre junto a Osala para agradecerle y este le dice: si bien es cierto que podrás tener un hijo que deseabas, también es cierto que deberás vivir sin perdida de tiempo, pues tu vida tiene fin...."



La tradición en América

Si bien entendemos que el hombre vive en dos planos de existencia que son el "ILE AIYE " (la Tierra) y el ORUN (Plano espiritual y metafísico).

Estos planos están unidos por un fuerte lazo, que son las obligaciones rituales o cruzamientos hechos durante nuestra vida.

El " EBO " conecta el " ORIADE " (Cabeza Física) con el " ORIINU" (Cabeza Espiritual) enlazando un puente capaz de hacer que vivamos una vida terrena, con una raíz espiritual profunda.

En el instante del deceso la persona seguirá amarrado al plano terreno, hasta cortar o romper ese puente establecido, por medios de ritos religiosos que se denominan Eresun, Sirrum o Axexe/ISINKU, los cuales tienen una duración de siete días.

Luego de realizados el " EMI " (espíritu común) queda liberado de el ILE (La tierra) para ser conducido al ORUN, lugar donde será juzgado por los Orisas.

Si su vida cumplió con los mandatos de la religión si es varón se lo considerara "OMULUABI o EGUN "depende del grado evolutivo y si fuera mujer será una "OMOLUABI o IYAMIAGBA "reposarán en paz y felicidad junto a sus ancestros.

En cambio si hubiera llevado una vida marginal será considerada " EMIABI o EMIABUBURU" espíritus inferiores o rebeldes, quienes luego del juicio descenderán al sub plano del Ile llamado "AIYE" donde moran los AJOGUN y los Egun.

En este lugar viven siete espíritus que son "IKU, EWON, OFO, OFUN, EPE, ORUN EGBA”.

Los " ENIABI " purgaran sus faltas para luego regresar en el ILE (La Tierra y de ese modo repetir el ciclo ellos moran separados de los EGUN y de los OMOLUABI.

Si el difunto fuera un Balalorisa, quien detenta el Ase en un Ile de Orisa y los Orisas lo hubieran absuelto, este debe ser asentado en un cuarto especifico a ese fin, llamado" BALE”, dicha palabra proviene de " BABA TI ILE " (Padre de la Casa) el cuarto estará fuera del Ile y en un patio mirando a la calle.

El Egun asentado recibirá el nombre de " BABA Egun o IYAEGUN " según el sexo de la persona.

Este cuarto de la casa con " BABA EGUN " ya asentado se convierte en un nexo entre el "ILE y el AIYE" y será respetado como cualquier otro cuarto consagrado de la casa.

Siendo EGUNGUN la raíz o tronco ancestral y es a través del " Bale" que ellos ingresan a la casa y controlan que los hijos no desvirtúen la tradición, manteniendo un celoso control sobre los planos de la existencia inferiores evitando que los espíritus del Ajogún vengan a perturbar la paz, del Ile o de los hijos.

Una inmerecida y triste fama se le a dado a " EGUN" como entidad perturbadora ,dando una aureola inmerecida quizás por desconocimiento ,evitando que la gente le rinda culto más que merecido ,a el ser que ya no esta entre nosotros.

Más que nunca reflexionemos con un Itán que dice " Que el hombre abandona su verdadero hogar para venir al mercado a vender su mercadería, solo después de haberlo conseguido, podrá volver a casa, junto a los suyos......"

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